La estación intermodal tendrá un nuevo diseño sobre el último que había presentado la Xunta, que ayer aceptó las propuestas para modificarlo que había presentado en abril el Concello, con quien se reunió, además de con el Administrador de Infraestructuras Ferroviaria (ADIF) para impulsar este proyecto. Las tres partes acordaron suscribir un convenio en el que se definirán las características de la terminal, además de otro que sustituirá al firmado en 2009 para determinar qué obras realizará cada administración y qué financiación deberá aportar.

El Gobierno local -representado en la reunión realizada en Santiago por el alcalde, Xulio Ferreiro, y el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela- apreció un "cambio de actitud" en el Gobierno gallego sobre el proyecto al admitir sus planteamientos para el diseño de la intermodal, por lo que Varela declaró que el encuentro supuso un "punto de inflexión" en la postura de la Consellería de Infraestruturas, cuya titular, Ethel Vázquez, participó en la negociación junto con el director xeral de Mobilidade, Ignacio Maestro.

El Ejecutivo municipal destacó además la "sintonía total" que mantuvo con ADIF -representado por su presidente, Juan Bravo- en la reunión y la "voluntad colaborativa" con el Concello de este organismo, que se encargará de la reforma de la estación ferroviaria para adaptarla a la llegada del AVE.

La Consellería de Infraestruturas expuso la necesidad de que el proyecto se desarrolle mediante el "consenso" con el Concello, al que exigió que evite "nuevos cambios de criterio" sobre el diseño de la intermodal, aunque eludió hacer referencia a que estuvieron motivados, según el Gobierno local, porque la propuesta autonómica era incompatible con la de las instalaciones previstas por ADIF para la zona ferroviaria.

Infraestruturas se comprometió además a que la tramitación urbanística de la intermodal se efectúe mediante la Lei de Medidas en Materia de Proxectos Públicos de Urxencia ou Excepcional Interese Público, lo que permitirá reducir de forma sensible los plazos habituales para estas actuaciones. Las tres partes decidieron también continuar las reuniones de tipo técnico, la primera de las cuales será convocada en los próximos días por ADIF.

Los desencuentros entre Concello y Xunta sobre la intermodal se habían traducido en reproches mutuos entre ambas instituciones, que se acusaban de bloquear la ejecución del proyecto. Esta situación ya se había producido anteriormente, no solo con esta actuación, sino con otras promovidas por Infraestruturas, aunque una reunión entre la conselleira y el alcalde pareció resolver las diferencias, aunque se reprodujeron al reclamar el Concello modificaciones en la configuración de este proyecto.

Tras la aceptación de los cambios planteados por el Concello, la intermodal reducirá su tamaño en la terminal de autobuses y no se urbanizará el entorno de la avenida de A Sardiñeira, donde se construirá una glorieta de acceso que volará sobre parte de los terrenos de ADIF. El edificio para los viajeros de autobús estará comunicado con una pasarela para peatones sobrevolará las vías del tren y desembocará en la avenida do Ferrocarril. Ese paso tendrá nueve metros de anchura y seis de altura.

La planta baja de la terminal de buses estará reservada para un aparcamiento de turismos con un mínimo de 325 plazas. La mayor parte de ellas estarán ubicadas bajo las dársenas de los autobuses y el resto cubiertas por una marquesina.

Los viajeros subirán y bajarán de los buses en la planta intermedia, donde el número de dársenas se ajustará al Plan de Accesibilidad del Transporte Interurbano al Centro Urbano de A Coruña, ya que algunas de las rutas no pasarán por la intermodal. La estación dispondrá además de una cubierta cuyo diseño se adaptará a la que está instalando ADIF en la terminal ferroviaria.

El nuevo diseño garantiza además que el recinto para los autobuses no afectará a la nave de material autopropulsado que ADIF posee en la estación, de forma que ese organismo decidirá posteriormente el destino que le dará a esa instalación. Tampoco resultarán perjudicadas por los cambios las naves de mantenimiento de Renfe, a las que se podrá acceder mediante las rampas que se construirán en la terminal de buses.

ADIF se compromete por su parte a proporcionar un espacio en el que podrán estacionar los autobuses, se instalará un túnel de lavado y un surtidor de combustible, todo ello al mismo nivel que las vías. En cuanto al edificio de Correos, se intentará evitar el paso de vehículos hacia el mismo, ya que tiene un gálibo de 4,5 metros, mediante su desvío por el aparcamiento de la estación de autobuses y el paso inferior de la del ferrocarril.

Otra solución puede ser el acceso por la avenida de A Sardiñeira mediante rampas hacia el interior del aparcamiento, además del paso por el vial inferior de la terminal ferroviaria. Las tres partes acordaron financiar de forma conjunta esta obra, no prevista inicialmente en el proyecto.