Miriam Pedreira impartirá hoy, a las 17.30 horas, la conferencia Qué tengo que saber sobre mis medicamentos en el Colegio Oficial de Farmacéuticos. En la iniciativa, convocada por la Asociación Provincial de Amas de Casa y la Asociación Socio Cultural El Hórreo, la farmacéutica desmontará mitos, dará consejos e destacará la importancia de leer siempre el prospecto.

- ¿Cuál es el error que más se comete con los medicamentos?

-El sitio donde se guardan. Si es de nevera, no hay duda, pero cuando no se especifica hay dos lugares que son muy habituales para guardar los medicamentos y que son los peores para su conservación: la cocina y el baño. Cualquier medicamento necesita un ambiente fresco y seco, y este es cualquier sitio que no sea la cocina y el baño. Irónicamente la mayoría de la población guarda mal sus medicamentos porque en esas habitaciones hay situaciones de humedad, altas y bajas temperaturas...

- ¿Es importante guardarlos en la caja?

-Por supuesto. La caja da muchísima información. Lo ideal es conservar la caja mientras dure el tratamiento. Más que nada porque tiene el tamaño adecuado y está perfectamente embalado, es decir, protege el medicamento. Pero también para anotar la fecha en la que se empieza a tomar. Por ejemplo, los jarabes de los niños son para preparar en el momento y luego se conservan en la nevera durante siete días. Así, en la caja, apuntas qué día lo has preparado, para poder contar y saber cuando caduca.

- ¿Todos los fármacos tienen fecha de caducidad?

-Sí. Aunque hay medicamentos que tienen el mismo principio activo, la caducidad puede variar porque la marca el laboratorio. Siempre pondrá una inferior al resultado de los estudios que se han realizado. La idea es que esté perfectamente estable y activo el último día de caducidad. Si pone noviembre de 2017, valdrá hasta el último día de noviembre. Hay ciertos medicamentos que tienen una caducidad más corta. La propia caja lo indica con el dibujo de un reloj de arena negro. Eso quiere decir que tiene una caducidad inferior a cinco años desde que se fabrica.

- ¿Revela más datos la caja de un fármaco?

-Sí, la simbología es clave. Indica cómo conservarlo o si necesita receta o no. Incluso viene si entra en el seguro. Hay unas siglas (EXO) que si aparecen en la caja excusas ir al médico a por la receta porque no está financiado en ningún caso. Los que están financiados tienen un cupón precinto, que es lo que el farmacéutico recorta cuando hay receta. El blíster también da información. Por la parte de atrás tiene un papel de aluminio en el que el viene el nombre del medicamento, la dosis y la caducidad.

- ¿Y el prospecto? Hay quien dice que es difícil interpretarlo.

-Ahí viene toda la información del medicamento en un lenguaje bastante asequible. Puede generar dudas, pero para eso están los farmacéuticos, para resolverlas. A veces también genera intranquilidad, porque ves que se puede usar para lo tuyo pero también para más cosas. Eso no significa que tengas más enfermedades. Además, en el prospecto vienen las contraindicaciones y los efectos adversos.

- Lo cual más que tranquilizar, asusta a muchos.

-Es normal pero siempre hay que preguntar al médico qué debemos esperar al tomarlo. Tomas un medicamento y, de repente, te mareas. Claro, te alarmas, pero si hubieras leído el prospecto sabrías que es uno de los efectos. Aun así, un efecto que viene descrito no hay por qué desarrollarlo. Si viene en el prospecto significa que en los estudios clínicos que se han hecho se han detectado esos síntomas. Es simplemente que puede pasar.

- ¿Qué deben hacer los pacientes con los medicamentos una vez termine el tratamiento o si están caducados?

-En todas las farmacias hay un contenedor que tiene un símbolo de una cruz verde con una flecha que es de Sigre, la empresa autorizada para gestionar ese tipo de productos. No hay que tirarlos a la basura porque contaminan.

- ¿Hay alguna recomendación para antes de adquirir un medicamento?

-Sí, hay que preguntarle todo al médico. Para qué nos lo da, si se va a notar mejoría o cuánto tiempo hay que tomarlo. Muchas veces llegan a la farmacia y les preguntas: "¿Durante cuánto tiempo lo tiene que tomar? y te contestan: "No lo sé, no me lo dijeron". Esas cosas hay que preguntarlas siempre.

- ¿Cree que se abusa de ciertos medicamentos?

-Cuando es un proceso sintomático sin más, como un dolor de cabeza, que no necesitamos un diagnóstico previo, hay medicamentos que son publicitarios o de consejo farmacéutico. Siempre son dosis ajustadas pero hay que hacer caso a la pauta del prospecto o del farmacéutico. Si no es suficiente, hay que dejar de tomarlo y hablar con un médico pero no subir tú mismo la dosis. Eso es un error. O al revés, no se puede pensar: "Como no me duele tanto, me voy a tomar la mitad". No, porque no hace nada. Cada dosis es para lo que es y por eso el prospecto es tan importante.