El director del Área de Seguridad del Ayuntamiento de A Coruña, Carlos García Touriñán, ha apelado hoy a la "coordinación" en la gestión de grandes eventos con aglomeración de personas, que necesitan de "dispositivos dinámicos" con meses de planificación y la implicación de múltiples organismos de emergencias.

García Touriñán ha analizado, en declaraciones a EFE, la gestión de la seguridad en grandes aglomeraciones, con motivo de su participación en un curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Galicia (UIMP) a dos días del quinto aniversario de la tragedia del Madrid Arena, donde fallecieron cinco jóvenes.

El trabajo empieza "meses antes", primero con una consulta de los antecedentes del evento, que luego hay que planificar, lo que arranca con reuniones previas con los organizadores".

"Examinamos el perfil de los protagonistas y del público, también la cantidad de gente que acudirá y si estará de pie o sentada. No es lo mismo que sea un espectáculo deportivo o uno musical. A partir de ahí, clasificamos el riesgo de ese evento, que puede ser alto, medio o bajo, y preparamos el plan de autoprotección o seguridad de ese evento", ha detallado.

Con el plan en la mano, es necesaria una reunión con todas las personas afectadas, él, como Policía Local, la Cruz Roja, Protección Civil, los Servicios Sanitarios, la Guardia Civil, los Bomberos o la Policía Nacional.

"Después tenemos que hacer zonas de seguridad a mayores de las propias del evento. Ahora, además, en eventos al aire libre con mucha gente tenemos que bloquear y cerrar determinadas calles por la amenaza que en este momento tenemos", ha comentado sobre la amenaza de terrorismo yihadista.

Durante el acontecimiento todos los servicios están distribuidos y se establece un puesto de mando, "donde está el responsable de seguridad" que a su vez tiene a su disposición a los responsables de los distintos servicios.

"Así conseguimos estar todos enterados de qué hacer porque lo más importante en un evento es la coordinación. Si logramos que sea buena, tenemos muchas probabilidades de éxito desde el punto de vista de la seguridad. Si no es buena va a haber puntos débiles donde se nos puede escapar información y eso da problemas a la hora de cualquier emergencia", ha subrayado.

Con el final del acontecimiento no acaba el dispositivo, pues llegan los informes y reuniones informativas donde se analizan los puntos débiles que van a servir para empezar a preparar ese mismo dispositivo del año siguiente dentro de una política de "mejora continua".

"La seguridad es una evolución constante", resume García Touriñán, que advierte, además, sobre que "la seguridad total no existe" y cuando es difícil hace falta "reforzarla con más medios" o, incluso, "si hay un evento en el que no se puede garantizar la seguridad, no se puede celebrar".

El escenario del acontecimiento también es clave y requiere un análisis pormenorizado, ya que dos conciertos con el mismo público en la plaza de María Pita y la playa de Riazor difieren en que en el segundo caso "hacen falta más policías para cortar el paseo marítimo" y se establece "un dispositivo especial de bomberos o socorristas porque existe un factor de riesgo como es el agua".

Parte siempre de una o dos dotaciones de bomberos, dos o tres dotaciones de ambulancias "estratégicamente en los puntos de acceso" y agentes de la Policía Local por lo menos en todos los puntos de entrada, aparte de la Policía Nacional, lo que aumenta "en función del tipo de evento".

La noche de San Juan, con 150.000 personas en la calle, es "el evento con más personal de seguridad" de A Coruña y aunque existe "una base de todos los años" porque "el perfil de público es el mismo", todo cambia y por eso en A Coruña apuesta por los "dispositivos dinámicos".

En concreto cambian los horarios de la pleamar o la bajamar y los tipos de marea, con un mar que puede ocupar más o menos playa y tener más o menos oleaje, además de las condiciones meteorológicas, que "a veces no se tienen hasta 48 horas antes".

Lo mismo ocurre con otras aglomeraciones como las cabalgatas, que son similares pero cambian sus recorridos, lo que altera el nivel de riesgo.

En todo caso, el responsable de Seguridad de A Coruña aclara que el dispositivo de eventos como conciertos no empieza con la apertura de puertas.

"Cuando un artista muy famoso que ya actuó en otra ciudad preguntas cómo se comportó allí el público. Puede ser que veinticuatro horas antes o más tengas jóvenes esperando a la intemperie, eso ya entra dentro del evento. Si es un día de mucho sol tenemos que evitar que se deshidraten porque si entran cansados de estar esperando largas cosas o sin dormir, luego los tendremos que atender en el puesto sanitario", ha enfatizado.

Consultado, en concreto, por la tragedia del Madrid Arena piensa que fue "un caso multidisciplinar" que ya empezó en la concesión de la licencia.

"La coordinación, para mí, es el elemento clave. Aquí en A Coruña estamos siempre muy atentos cuando hay un posible punto débil en una zona para reforzarlo. En los conciertos de María Pita, por ejemplo, abrimos y cerramos las entradas para distribuir el público. El puesto de mando tiene que tener la información perfecta y puntual para tomar esas decisiones y hacer los movimientos de gente", ha concluido.