Un vecino de la ciudad ha aceptado ser condenado por posesión y distribución de pornografía infantil. El procesado admitió ante el juez que mantuvo conversaciones con extranjeros sobre cómo abusar de sus hijas, de 11 y 13 años, sin dejar huella. Además, pedía asesoramiento sobre cómo convencerlas en el caso de que no deseasen mantener relaciones sexuales con él. Una ONG americana puso a la Policía Nacional sobre la pista del sospechoso, pues remitió documentación a España que acreditaba que el usuario de determinado correo electrónico mantenía conversaciones de contenido pedófilo con extranjeros.

En los chats recuperados por los investigadores, el arrestado presumía de que le gustaba "abusar de niñas de 10 a 12 años". El juez de Penal 3 señala en el fallo que tras las indagaciones, los policías no pudieron "constatar que cometiera tales abusos con menores de su entorno". Por ello, el acusado solo fue sentenciado a un año de cárcel -que no cumplirá con la condición de que no vuelva a delinquir durante tres años- como autor de un delito de posesión de pornografía infantil en concurso con otro de distribución. El procesado también aceptó que el magistrado le impusiese la inhabilitación para cualquier profesión u oficio que conlleve cualquier contacto con menores durante cuatro años; la prohibición de acceso o visualización de páginas en las que aparezcan menores participando en conductas sexualmente explícitas; la prohibición de ejercer cualquier actividad, empleo o profesión relacionados con menores de edad; y tres años de libertad vigilada.

Tras la denuncia de la ONG americana, los agentes especializados en este tipo de delitos descubrieron la identidad del sospechoso. El acusado, de 47 años, fue detenido el 11 de abril del año pasado en su vivienda de A Coruña. La unidad de informática del 091 analizó tanto el contenido de su teléfono móvil como el de su ordenador y logró recuperar algunos de los archivos y conversaciones que lo incriminaron. El juez destaca en la sentencia que el condenado tomaba "medidas de seguridad" como borrar "de forma sistemática" los archivos que manejaba y utilizar en las redes sociales un nombre ficticio para ocultar su verdadera identidad.

El magistrado especifica en el fallo que de los mensajes recuperados por la policía se infiere que "recibía y compartía con otros usuarios material visual donde aparecían menores de edad de cualquier sexo en conductas sexualmente explícitas". De entre los mensajes intervenidos, el juez destaca uno que remitió en abril de 2015, en el que manifiesta: "Me gusta ver porno de jovencitos y jovencitas". En septiembre del mismo año, escribió: "Me mola el de travelos y jovencitos". El titular de Penal 3 especifica que además de solicitar y recibir archivos pedófilos, se los ofrecía a otros usuarios y los compartía con ellos. En octubre de 2015 envió a través de su correo electrónico una fotografía de una niña de 11 años desnuda de cuerpo entero acompañada del texto: "Manda tú".

Ese mismo mes contactó con uno de los participantes en grupos denominados "solo niñas lindas", "adolescentes" y "las niñas más lindas de face" y le pidió compartir material pedófilo, si bien la policía no logró recuperar los archivos debido a las precauciones que tomaba para no ser descubierto.

En otra "larga conversación" que mantuvo con otro usuario hablaron "sobre abusar de menores" y el imputado manifestó: "Me gustan más las niñas. Mi edad preferida son las de 10-12 años". Su interlocutor le envió una fotografía de los órganos sexuales de una niña de 8 años y el coruñés le pidió que le mandase más imágenes. A otros usuarios, según consta en la sentencia, les propuso quedar para masturbarse mientras veían "porno de este tipo". Los investigadores encontraron almacenadas en su teléfono móvil 21 imágenes en las que aparecían niños y niñas "reales" practicando o participando "en conductas sexualmente explícitas".