Los controles de la Policía Local, en lo que va de año, han detectado a vehículos que doblaban la velocidad máxima permitida en las vías en las que circulaban. En Manuel Azaña, en Os Rosales, que es una zona en la que el límite de velocidad es de 30 kilómetros por hora, los agentes dieron el alto a un coche que iba a 68 kilómetros por hora -más del doble del máximo permitido-. El año pasado, los agentes del 092 detectaron el pico de velocidad en Novo Mesoiro, para entonces, la alerta saltó a los 66 kilómetros por hora, todavía más arriba lo hizo en 2015, cuando en la misma vía, un coche fue cazado a 78 kilómetros por hora, casi triplicando la velocidad máxima permitida.

"Es necesario que nos demos cuenta de la relevancia que tiene sobrepasar esta velocidad límite, porque es una zona residencial, en algunas partes hay prioridad peatonal, hay múltiples pasos de cebra, dependiendo de la hora hay incluso mucha presencia de niños... pero, por ahora, estas velocidades responden a casos puntuales, no es lo normal. Los vehículos denunciados por esta razón de los controlados por la Policía Local en este año rondan el 2% en zonas limitadas a 80 y 50 km/h, y suben al 3% en las de zona 30", explica el inspector principal del 092 y jefe de la unidad de Tráfico, José Manuel Rico.

No son solo estos tramos de calmado de tráfico -Adormideras, Matogrande, Os Rosales...- los que sufren violaciones de sus límites de velocidad, también las que permiten circular a 50 kilómetros por hora ven pasar a conductores que doblan sus marcas.

En 2015 y 2016, los picos se registraron en la avenida del Ejército, con 107 y 118 km/h, respectivamente. En lo que va de año, en la avenida de la Habana, una motocicleta fue interceptada por los agentes de la Policía Local a 122 km/h. En los tramos marcados a 80 kilómetros por hora, las velocidades que se alcanzaron fueron más altas, aunque, proporcionalmente, no se excedieron tanto del límite fijado. Los infractores que marcaron el tope de velocidad de los años 2015, 2016 y de lo que va de 2017 fueron interceptados en la misma vía, la carretera Baños de Arteixo -la que lleva al centro comercial Marineda City-. En 2015, la alarma saltó en los 146 km/h que alcanzó un vehículo, en 2016, en 128 y, en 2017, el registro más alto está en 145 km/h.

En cuanto a los test de alcoholemia, otra de las competencias de los agentes de la Policía Local en carretera, el máximo registrado en 2016 fue de 1,37 miligramos por litro de aire expirado -el máximo permitido es 0,25 miligramos por aire expirado, por lo que quintuplica este valor-, mientras que, en lo que va de este año, la medida más alta se registró con 1,40 miligramos por litro de aire expirado.

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