Ochenta de los casi 200 policías nacionales de la ciudad movilizados en Cataluña desde el pasado 21 de septiembre para cubrir las incidencias relacionadas con el desafío independentista regresaron ayer a sus domicilios tras casi dos meses sin poder ver a sus familias y alojados en barcos en incómodas condiciones. Miembros del sindicato SUP recibieron a algunos de ellos ayer por la noche a su llegada a las instalaciones policiales de Lonzas.

"Por fin están de vuelta. Durante siete días podrán disfrutar de sus familias, pasear sin ser insultados, escupidos, señalados, podrán ir a comer o a cenar a cualquier restaurante de la ciudad, ir al cine con sus hijos y realizar ejercicio en su gimnasio", resalta el SUP en un comunicado en el que pone de relieve las incomodidades y el trato que algunas personas le dedicaron a los agentes durante su estancia en Cataluña.

En este tiempo los agentes nacionales de todo el país desplazados a Barcelona fueron alojados en tres cruceros cuyas habitaciones tenían unas dimensiones muy reducidas y en los que fueron alimentados con los mismos menús y con comida "de muy dudosa calidad", según denuncia el sindicato policial. El SUP subraya que los taxistas se negaron a movilizar a los agentes a Barcelona o a los barcos en los que se alojaban. "Todo esto por garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y hacer cumplir la Constitución Española y las órdenes judiciales establecidas", denuncia en el texto.