Hasta el mes de septiembre, aumentaron en la ciudad los robos con violencia, pero bajaron los asaltos a viviendas y establecimientos con respecto a los datos del mismo periodo del año pasado, según consta en el balance trimestral de criminalidad que publica el Ministerio del Interior.

Desde enero y hasta septiembre, se produjeron 160 robos con violencia e intimidación, un 12,7% más que el ejercicio anterior, cuando en nueve meses se consumaron 142 de estos crímenes. Los robos con fuerza en domicilio, establecimientos y otras instalaciones ascendieron a 376 -de los que 194 se cometieron en casas-, casi un 6% menos que en 2016, cuando se habían registrado 399 asaltos.

El delito que más bajó en lo que va de año fue el de sustracción de vehículos, casi un 20%, ya que, de los 106 cuantificados en 2016 se pasó a 85. Un descenso similar experimentan los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual (un 17,1% menos que en 2016), a pesar de ello, se registró una agresión sexual con penetración cuando, en 2016, no se había producido ninguna.

Bajan también las operaciones contra el tráfico de drogas, de quince a trece. Es un dato que va en descenso desde hace años y es que, como estos delitos no se denuncian, las cifras reflejan las actuaciones que se realizan para luchar contra el tráfico de sustancias estupefacientes, que parten de los servicios antidroga. En 2014, por ejemplo, a 1 de julio se habían practicado 28 operaciones.

Los hurtos experimentaron un ligero descenso, de 2.739 a 2.541 y se mantuvieron los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria, con cincuenta casos, igual que en 2016 y los homicidios dolosos y asesinatos consumados, con una víctima cada uno. Suben de cinco a seis estos delitos en caso de tentativa. En total, el balance de criminalidad es negativo, aunque por muy poco, un 0,1%.