La precipitación media anual en el área hidrográfica denominada Galicia Costa es de 1.500 milímetros, que se considera muy alta en comparación con el resto de España. Pero el aumento de la frecuencia de los periodos de lluvias escasas en esta zona animó a la Xunta a aprobar en 2013 el Plan de Sequía, con el que se pretende hacer frente a la dependencia que tienen los ríos gallegos de las precipitaciones y a la dificultad para regular su caudal. El plan contiene los indicadores que determinan cuál es la gravedad del problema, además de las normas para explotar la red hidrológica gallega y las medidas que deben tomarse ante una sequía en sus diferentes fases. A continuación, se detallan los perjuicios generados por la sequía y la actuación que debe efectuarse en cada fase.

EDaños. El plan señala que entre los perjuicios causados por la escasez de agua se encuentran el abastecimiento y consumo de agua potable, así como sus repercusiones sanitarias. También se mencionan los efectos sobre la agricultura y la ganadería. En el campo industrial, las empresas pueden verse obligadas a reducir su consumo de agua en áreas como la producción eléctrica, mientras que en el sector forestal aumenta el riesgo de incendios. Los servicios sanitarios, turísticos y sociales son otros de los damnificados, mientras que en al medio ambiente, la sequía extrema reduce el nivel de agua que permite en ellos el desarrollo de la vida y la conservación del paisaje.

EFase de normalidad. La planificación hidrológica establece la necesidad de tomar medidas de carácter estratégico para reducir el impacto de los efectos de la sequía cuando esta se produce. Para ello se fija el seguimiento diario de los indicadores de sequía, además de las medidas de la planificación hidrológica, como la priorización de los usos y las reglas de explotación de los sistemas hídricos. En estas últimas se incluyen la actualización de los recursos y la demanda, la definición de los caudales ambientales, el análisis de las pérdidas en las redes de abastecimiento para reducir su incidencia, así como la modificación de la estructura tarifaria del consumo de agua. Estas medidas forman parte del Plan Hidrológico Galicia Costa, el Plan Auga y el Plan de Sequía. En esta fase se incluye además la concienciación a la ciudadanía en las escuelas sobre el consumo responsable y el ahorro de agua.

EFase de prealerta. El plan establece para la zona de A Coruña el incremento del control en el caudal del río Sisalde, en el municipio de Arteixo, para garantizar su continuidad, además de la vigilancia de los consumos y utilizaciones de agua en todos los municipios, con el fin de disminuir la demanda.

EFase de alerta. En esta fase, en la que se halla actualmente la comarca coruñesa, se plantea la restricción del consumo total en un 5%, para lo que se comenzará por los usos con menor prioridad. También se buscará la utilización de reservas estratégicas, como nuevos acuíferos o la reutilización de agua. Otra de las iniciativas es modificar el régimen de desembalse en Cecebre para reducir la cantidad de agua que habitualmente se aporta al río Mero.

EFase de emergencia. Durante esta situación se fomentará la restricción del consumo en un 10%. La Xunta ha transmitido ya en el área coruñesa la necesidad de reducir este porcentaje en los usos no esenciales pese a que aún no se llegó a esta fase. De nuevo se propone una modificación del volumen de agua que se vierte al mero desde Cecebre. En el Esquema Provisional de Temas importantes que Augas de Galicia sometió a exposición pública a finales de 2013 como preparación del Plan Hidrolóxico de Galicia 2015-2021, la entidad pública incluyó el trasvase de agua de Meirama como "prioritario" en el apoyo al embalse de Cecebre. Sin embargo, la redacción final del plan hidrológico excluyó esa posibilidad y remitió el análisis de este "caso particular", como el del lago de As Pontes, al momento en que se incorpore al dominio público hidráulico. El Plan Hidrológico mantiene recurrir a los embalses de Vilagudín y Vilasenín, el último de los cuales también se plantea utilizar con este plan de sequía. Xunta y Emalcsa analizarán el próximo miércoles la posibilidad de que el agua de Meirama se trasvase directamente al río Barcés para aumentar el volumen de reserva en Cecebre. El proyecto inicial para aportar esa agua al embalse consiste en la construcción de una canalización de 1,3 kilómetros, que el Gobierno gallego no considera prioritaria en este momento, por lo que la empresa de aguas coruñesa, Emalcsa, solicitó llevarla a cabo de inmediato y con sus propios recursos, para lo que espera una decisión de la Xunta.