El proyecto de regeneración de la ría de O Burgo mediante el dragado de los lodos que se depositan en su fondo todavía no es más que un proyecto sin concretar, puesto que el Gobierno central sigue sin conocer la fecha en la que comenzarán los trabajos y cómo se llevará a cabo su financiación. Así se lo comunicó el Ministerio de Medio Ambiente a los senadores socialistas gallegos Ángel Mato, Luis García Mañá, Modesto Pose y Ricardo Varela en respuesta a su petición de información sobre la situación del expediente administrativo sobre esta actuación.

"No se puede dar una fecha de inicio de los trabajos", manifiesta el departamento estatal a los senadores, a los que explica que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente publicó el pasado 27 de septiembre en el Boletín Oficial del Estado la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto de dragado. Una vez conocido ese documento, el Ministerio procede ahora a modificar el proyecto para incorporar las especificaciones que contiene la declaración ambiental.

En la respuesta a los parlamentarios se detalla además que cuando concluya la introducción de los cambios necesarios en el proyecto se conocerá el coste definitivo de las obras, que inicialmente era de 46,3 millones de euros, aunque antes de que comiencen habrá que "acordar con las administraciones implicadas la financiación". Medio Ambiente advierte de que ese pacto tendrá que ser previo al inicio de la licitación de los trabajos, por lo que el comienzo de los mismos podría demorarse aún más si no consigue un entendimiento sobre qué cantidad deberá aportar cada administración.

También señala el Ministerio de Medio Ambiente que los fondos incluidos en el presupuesto de este año para la ría de O Burgo están destinados a la toma de datos y los análisis previos necesarios para llevar a cabo el dragado, así como a las modificaciones que se realizan en el proyecto y al programa ambiental del estuario, de forma que se adapten a las exigencias que marca la Declaración de Impacto Ambiental.

El proyecto de dragado prevé la extracción de 281.000 metros cúbicos de sedimentos del fondo de la ría. De esa cantidad, 161.000 metros cúbicos están calificados como tóxicos. Aunque inicialmente se establecía un plazo de 21 meses para ejecutar los trabajos, tras la publicación de la declaración ambiental pasa a 23 meses. Pero la extracción de los lodos tendrá que esperar a que se lleven a cabo actuaciones previas en la ría para proteger las aguas, como la instalación de barreras para evitar que se enturbien a causa de los trabajos, además de la construcción de depósitos de los residuos en las riberas y la colocación de una tubería con la que se efectuará el bombeo del lodo.

Otra de las iniciativas necesarias antes de comenzar los trabajos es la retirada de los moluscos de los bancos marisqueros conocidos como A Maruxa Grande y O Caínzo, que solo podrá hacerse en los meses de enero y febrero. En cuanto a los recintos donde se almacenarán los lodos, uno de ellos se ubicará en la ribera de Culleredo y tendrá una capacidad de 153.000 metros cúbicos, mientras que del lado de Oleiros habrá otro de 8.000 metros cúbicos.

Para compensar la creación de estos depósitos, se ampliarán los espacios públicos que existen en los dos márgenes de la ría, entre las que además se instalará un nuevo enlace. La Declaración de Impacto Ambiental rechaza por otra parte la posibilidad de verter parte de los lodos en una zona de alta mar en la que no se practique la pesca comercial, como se había previsto inicialmente.