La apertura en marzo de 2015 de la tercera ronda tiene ya consecuencias sobre el volumen de tráfico en la avenida de Alfonso Molina, ya que, aunque el número de vehículos que circulan por ella ha vuelto a crecer gracias a la recuperación económica, su crecimiento es muy inferior al de la nueva circunvalación coruñesa. Los datos del Ministerio de Fomento reflejan que en 2014 cayó un 5,6% el número de vehículos que pasaron por el punto de medición situado a la altura de la SEAT en sentido de salida, donde se contabilizó una media diaria de 120.230.

Al año siguiente hubo un aumento de circulación, aunque reducido, ya que los 121.825 vehículos que transitaron de media por ese punto representaron un crecimiento del 1,3%. Los datos provisionales de este año, que llegan hasta el mes de septiembre, sitúan la media diaria en 122.983, con un aumento del 8%.

La tercera ronda muestra un comportamiento mucho más dinámico que revela que se ha convertido en una alternativa a Alfonso Molina, ya que si en 2016 habían pasado por el punto de medición de A Zapateira 26.730 vehículos al día, que supusieron un aumento del 9,2%, en los nueve primeros meses de este año la media alcanza los 27.961, cifra que representa un 7,3% de crecimiento.

El tramo urbano de la tercera ronda experimenta una subida incluso mayor, ya que antes de llegar al enlace de Pocomaco donde conecta con el trayecto construido por Fomento, la media diaria de vehículos en 2016 fue de 12.193, un 21,6% más que el año anterior, mientras que hasta septiembre de 2017 ascendió a 14.219, lo que supone un 13,3% más de tráfico.

La explicación de que Alfonso Molina continúe creciendo en volumen de circulación pese a la entrada en servicio de la tercera ronda puede encontrarse en que esta última vía no puede captar el tráfico que proviene de algunos municipios del área metropolitana como Oleiros o Sada, que se ven obligados a comunicarse con la ciudad a través del puente de A Pasaxe y desde allí optar por la avenida del mismo nombre o la de Lavedra.

Ese factor puede constatarse al analizar el tráfico que circula por el puente, por el que en 2016 pasaron 81.900 vehículos diarios, mientras que este año el crecimiento es ya del 2,4% al llegar el pasado septiembre a los 84.463. Una vez superado el viaducto, en el punto de medición de Perillo se registraron 76.967 en el año 2016, que subieron hasta los 85.085 este año, en el que el crecimiento es por ahora del 13,1%.

La Xunta trata de reducir el enorme número de vehículos que entran a diario en A Coruña procedentes del área metropolitana -estimado en torno a los 100.000- mediante la entrada de los autobuses interurbanos al centro de la ciudad. Hasta ahora son seis las líneas que disponen de autorización para acceder hasta la calle Entrejardines, varias de las cuales proceden de Oleiros y Sada, aunque el número de viajeros que utilizan este servicio por ahora no repercute en el tráfico.

El enlace de la AP-9 y la ronda

También influye en la persistencia del alto volumen de tráfico en Alfonso Molina el considerable retraso que sufre el proyecto del denominado Vial 18, la autovía que debe enlazar la tercera ronda con la Autopista del Atlántico. Una buena parte de los vehículos que ahora acceden a la ciudad por el enlace de la AP-9 en Elviña podrían hacerlo por la AC-14, pero la conexión entre ambas está paralizada por el conflicto económico que enfrenta a Fomento con la concesionaria de la autopista, que en principio debería costear esta actuación. El ministerio asegura que está dispuesto a ejecutar las obras con sus fondos, pero el proyecto sigue sin licitarse.

Otro dato que reflejan las estadísticas de tráfico es que la AC-10, la carretera que enlaza las avenidas de Alfonso Molina y San Cristóbal con la de A Pasaxe y el puerto a través del túnel de Eirís, ha estabilizado el número de vehículos que la utilizan. Frente a los 12.190 que pasaron al día por este vial en 2016, este año son por ahora 12.216, lo que supone un crecimiento de solo el 0,6%.