Los vecinos de la Ciudad Vieja sufrieron durante años los ruidos del botellón, que solía celebrarse en la plaza de Azcárraga. Una vez erradicado el problema, disfrutan de la tranquilidad, aunque con algún pero. "Es cierto que desde que aquello acabó —en 2008—, el ruido ha disminuido mucho en la zona pero sigue habiendo algunos bares o grupos de gente que molestan en determinadas ocasiones", apunta el presidente de la asociación vecinal, Pedro Roque. "En Riego de Agua o la calle Zapatería, por ejemplo, hay quejas por algunos pubs", reconoce.

Roque asegura que actualmente "no existe un malestar general" entre los vecinos por el ocio nocturno en la Ciudad Vieja, pero sí "hay cosas puntuales y localizadas" que molestan a los vecinos de la zona algunas noches, sobre todo durante el fin de semana. Entiende, no obstante, que se trata de un barrio "tranquilo". "En general ha mejorado desde que el botellón se fue. Es cierto que donde hay grupos de jóvenes es molesto", declara.

El presidente de la Asociación de Vecinos de la Ciudad Vieja manifiesta que "los puntos de ruido" por ocio nocturno "van cambiando según las modas". "Esto se va moviendo de punto a punto. Ahora parece que hay más gente por la plaza de la Cormelana, que los vecinos se quejan, pero también en Riego de Agua o la Marina. Esto es así", comenta.

Roque, que ha vivido este problema en primera persona, entiende que es "difícil" de afrontar "pero se puede llegar a erradicar", como ocurrió con el botellón de la plaza del Humor o la de Azcárraga. "En nuestro caso tuvo su efecto, ahora ya no hay ruido salvo algunos puntos clave. Hay veces que parece inevitable porque o no hay leyes que lo regulen o no se respetan", denuncia.