¿Cómo llegó la antigua residencia de Joseph Cornide a engrosar las propiedades de los Franco? Los investigadores Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo dedican un capítulo de su libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio a explicar cómo este singular edificio de la calle Damas pasó a manos del dictador tras ser adquirido en 1957 por el Ministerio de Educación.

Sus autores han rebuscado en archivos y recabado documentos que arrojan luz sobre el papel que jugaron en esta operación el banquero Pedro Barrié de la Maza, el falangista José Luis Amor Fernández (subjefe del Movimiento en A Coruña que fue nombrado delegado provincial del Ministerio de Vivienda en 1971) e instituciones como el Ministerio de Hacienda y el Ayuntamiento de A Coruña.

El relato oficial sobre la adquisición de Casa Cornide es escueto. A grandes trazos puede resumirse en cuatro pasos. El Concello adquiere mediante permuta este edificio que había acogido el consistorio y lo saca a subasta en 1962. Barrié de la Maza se alza como mejor postor tras ofertar 305.000 pesetas. El banquero manifiesta su deseo de transferir el inmueble a Carmen Polo. Su voluntad es refrendada de inmediato por el plenario.

Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo aportan ahora nuevos documentos para demostrar que todo el proceso "fue diseñado con la finalidad de satisfacer las pretensiones de Carmen Polo". Numerosos testimonios apuntan a que la esposa del dictador se había quedado prendida de Casa Cornide y manifestado su deseo de hacerse con ella para disponer de una residencia en pleno centro de la ciudad.

El libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio revela una carta que envió el secretario de la Casa Civil de Franco, Ricardo Catoira, al subsecretario de Hacienda el 1 de agosto de 1962, el día antes de la puja, que deja patente la participación del dictador y su mujer en el proceso y que refrenda la tesis de que la operación fue orquestada para evitar la adjudicación directa de un bien público al dictador.

En su misiva, Catoira comunica al subsecretario de Hacienda la inminente celebración de la puja "para adjudicarla a un particular y este venderla a su señora". "Así se lo hemos explicado a Su Excelencia por ser la mejor fórmula ya que de esta forma no se hace una adjudicación directa de bienes que fueron del Estado al propio Caudillo", relata. El secretario de la Casa Civil no oculta su felicidad por cumplir un "deseo" de los Franco, especialmente de Carmen Polo. "Los señores están encantados porque han logrado su deseo de poder tener una casa en La Coruña, para cuando tenga que desplazarse la Señora no haya necesidad de abrir el pazo de Meirás que tantas molestias origina por lo grande que es y el número de criados y servidores que necesitan".

La carta deja también patente la implicación de Hacienda en el proceso. "Todo esto se debe a la preocupación que has tenido de preocuparte personalmente de resolver el expediente y así se lo hice ver tanto al Caudillo como a la Señora, que están muy agradecidos a tu gestión, por los años que llevaba para resolverse y no tenía fin", agradece Catoira al subsecretario de Hacienda Juan Sánchez-Cortés.

El Ayuntamiento también dejó patente su deseo de agradar al dictador. Nada más adquirir la propiedad en puja, Barrié de la Maza pidió al Concello que le "liberase" de ciertas limitaciones impuestas en el pliego de subasta. El banquero, que acudió a la puja acompañado por el subjefe del Movimiento en A Coruña, José Luis Amor, apelaba a su intención de trasmitir la propiedad a Carmen Polo y pedía que se suprimiesen condiciones como la de no realizar obras sin la previa autorización municipal o que el adjudicatario no pudiese enajenar la finca durante diez años. El pleno eliminó de inmediato esas cláusulas.

Los investigadores Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo sostienen que hubo un acuerdo con el subsecretario de Hacienda y los Franco para orquestar la operación y utilizar a Pedro Barrié de intermediario. Y lanzan una pregunta: "¿A la vista de la carta del secretario de Franco, puede decirse que la adquisición de Casa Cornide fue realmente sufragada por el banquero coruñés?".