El ruido, venga de donde venga, es otro de los puntos en los que los vecinos se detienen cada año para pedir más control y vigilancia al Gobierno local. En algunos casos, se quejan de las fiestas y de las actividades de la calle San Juan, también de la feria medieval y hasta de las campanas del reloj de la iglesia de San Benito, en la calle Ramón Cabanillas, que, para uno de los residentes en la zona, generan "una contaminación acústica absolutamente injustificada".

Hay un músico callejero en la lista del informe de Sugerencias y Reclamaciones que se ofrece a bajar el volumen de sus actuaciones a cambio de que los vecinos no llamen más a la Policía Local. "Quiero tocar en la calle. Toco platos y es música amplificada, pero lo puedo hacer a un volumen bajo que no moleste a los vecinos, porque me están llamando a la Policía Local", comenta resignado.

Otro clásico de este informe son las calles sucias por la falta de concienciación de los dueños de los perros, que no recogen sus deyecciones. En esta ocasión, también se quejan los vecinos de no poder llevar a sus perros sin correa por lugares habilitados y otros lamentan tener que convivir con estas mascotas en parques y playas. En 2016, se coló en el informe una "gaviota que ataca a todo el que pasa" y que tenía su nido en la chimenea del número 25 de la calle Castaño de Eirís; se hace referencia también a una gallina muerta que apareció en la balaustrada del paseo marítimo, en el acceso a la cala de San Roque y un vecino dejó constancia en noviembre de que había visto a varios zorros en el campo que hay frente a la calle Almirante Mourelle. Fuentes consultadas por este diario apuntan a que pueden ser los miembros de una familia de zorros que viven en el parque del Observatorio.

Otros vecinos muestran su desacuerdo con la manera en la que se realizan las podas de los árboles y el mantenimiento de los parques y espacios naturales. Uno de los vecinos que formula una queja en este sentido, explica que "el césped de la zona de campo" del entorno de la Torre de Hércules "se encuentra en mal estado" y que es "necesario" limpiarlo mejor. Según fuentes de Medio Ambiente, esto no es un despiste, sino que responde a la necesidad de las aves y los animales que residen en la zona de tener espacios para criar y para aparearse. Se cambió ya, durante el año pasado, el calendario de siegas para facilitar la reproducción de las especies.