Los okupas de la antigua Comandancia de Obras se sentaron ayer por primera vez ante dos concejales del Gobierno local -Xiao Varela y Claudia Delso- en un encuentro en el centro cívico de la Ciudad Vieja para defender la autogestión de las instalaciones. Los usuarios del recinto, propiedad del Ministerio de Defensa, insistieron en que se negarán a abandonarlo para que sea dirigido por el Ayuntamiento, al que acusaron de "copiar" en su proyecto las actividades que desarrollan en el edificio desde hace un año. "Tendréis que desalojar el centro social, lo que tiene un corte represivo y violento", advirtió una de las asistentes.

La edil de Participación e Innovación Democrática y el responsable de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda explicaron en el encuentro abierto a los vecinos para informarles sobre el proyecto del Concello para la Comandancia que A Coruña "no puede permitirse" perder el más de un millón de euros que el Ministerio de Fomento destinará a la reforma de las instalaciones. "No podemos privar a la ciudadanía de ese equipamiento", indicó Delso.

Los okupas se congregaron en las puertas del centro cívico y repartieron a los asistentes a la reunión folletos en los que defienden el actual funcionamiento de las instalaciones y en los que abogan por mantener su "autonomía política y económica". Todo ello bajo una pancarta con el lema A insumisa non se merca. Delso destacó que el Ayuntamiento apuesta porque la Comandancia sea un centro "de referencia para gente joven" con "otro modelo de gestión".

La primera nave, según la iniciativa del Gobierno local, se dedicará a deportes urbanos; la segunda, a talleres; y, la tercera, a disciplinas artísticas. "La gestión será pública, pero estará operado por un modelo de gestión plural", insistió la dirigente de Participación, quien apostó por el "diálogo" con los okupas, a quienes aseguró que podrán participar en la organización de las actividades. La edil incluso les propuso tratar de buscar "otros locales municipales" para que puedan desarrollar las actividades que realizan en el edificio de Defensa durante los 16 meses que está previsto que duren las obras, financiadas por el Ministerio de Fomento.

Algunos de los usuarios de la Comandancia abandonaron la reunión y, desde el exterior, proclamaron: "Un desalojo, otra okupación" o "La insumisa no se vende". Los gritos interrumpieron, en ocasiones, las explicaciones de los concejales. "Estáis vendiendo algo que ya existe para hacerlo vosotros de forma institucional. Es una copia de la Insumisa, de algo que ya le dio vida la gente de esta ciudad y lo que queréis es institucionalizarlo", le afeó una de las asistentes a los representantes del Ejecutivo municipal. Otra de las presentes en el encuentro aseguró que es "difícil acercarse" a la Comandancia "si no compartes la ideología" de los okupas. "Ahora no llama a todas las personas que puede llamar si el centro es del Concello", manifestó ante las críticas de muchos de los asistentes, quienes la acusaron de tener "prejuicios". Dos miembros del ANPA del instituto de Adormideras expusieron que el inmueble debe estar disponible "para otra juventud que no sois vosotros [en referencia a los okupas]". Así, indicaron que "como padres y madres" necesitan "seguridad".

El concejal de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda aseguró que el Ayuntamiento pretende "abrir el campo para la mayor cantidad de gente posible", al tiempo que destacó que la Comandancia carece de accesibilidad y de "condiciones de confort", "ya sin entrar en la seguridad". El edil aseveró que el proyecto del Concello que financiará el Ministerio de Fomento es "una oportunidad" y sostuvo que es "posible" llegar "a una solución dialogada". Varela, ante las críticas, recalcó: "Nos estamos partiendo el cuerpo ante Defensa porque respetamos el espacio, pero lo consideramos mejorable".