Las fuentes de la explanada de la Marina son utilizadas por niños, adultos y algunos perros. No son pocos los dueños de los canes que los suben a beber, ante el desconcierto de algunos usuarios. Entre los viandantes hay quienes se ríen, pero, la mayoría, miran atónitos cómo las mascotas utilizan el mobiliario público. En la Marina los perros también utilizan las sillas de algunas terrazas. Y, el efecto, en el resto de clientes, es el mismo. Hay quien sonríe, incluso los inmortaliza con sus teléfonos móviles, y quien mira estupefacto cómo los canes están sentados junto a sus dueños.