Entre diez y quince personas duermen cada noche en las calles de la ciudad. El área municipal de Xustiza Social e Coidados ha recabado este dato a través de las rutas nocturnas que realiza para tener conocimiento de las pernoctaciones a la intemperie y saber cómo intervenir para ofrecer alojamiento u otras ayudas a quienes no disponen de un lecho sobre el que dormir. Hace tres años el Concello informaba de que 35 personas vivían y dormían en las calles de A Coruña.

La falta de recursos y la situación de vulnerabilidad por la que pasan otros vecinos les impide también tener cama propia, aunque para evitar dormir en la calle hacen uso del centro municipal de baja exigencia, conocido como Centro Abeiro, en Orillamar, y del albergue de la institución benéfica Padre Rubinos: el primero tiene una media de 14 usuarios por noche y el segundo de 63, de los que 15 utilizan butacas y 48 dormitorios, según datos de los que informa el Concello en la respuesta a una pregunta del grupo municipal socialista.

Xustiza Social asegura que su personal técnico mantiene contacto con las personas que duermen en la calle con el objetivo de encontrarles un alojamiento o el modo de cubrir sus necesidades básicas, controlar su estado de salud y poner en marcha medidas encaminadas a cambiar su situación.

Una vez localizada en la calle a la persona que duerme al descubierto, los técnicos de servicios sociales de la concejalía activan un protocolo que tiene como finalidad principal el ofrecimiento de una alternativa de alojamiento y recursos. Desde ese momento pueden producirse dos situaciones: la aceptación o el rechazo.

Si la persona afectada es receptiva, Xustiza Social inicia un proceso de intervención con acciones y gestiones organizado a través de un itinerario elaborado para superar las carencias que sufre ese vecino, explica el Concello. Cuando quien pasa la noche en la calle se opone a ser ayudado o solicita demandas que no se corresponden con su situación la concejalía establece también otra planificación de atención global dirigida a que la persona que pernocta en la calle supere la situación por la que pasa. En este caso el equipo municipal de Inclusión Social debe coordinar las acciones previstas en función de la vulnerabilidad de cada afectado y su riesgo de exclusión, ya que si existe un problema de salud mental grave es procedente informar a las autoridades competentes.

El Centro Abeiro comenzó a funcionar bajo gestión municipal en mayo del año pasado y hasta el 15 de octubre fue utilizado por 129 personas (109 hombres y 20 mujeres), según datos del Concello. En la instalación, que abre por las noches, los usuarios pueden dormir bajo techo, asearse y tomar un refrigerio. A finales de 2017 el Gobierno local adjudicó un nuevo contrato para su gestión, además de para repartir café y mantas a las personas sin hogar en las noches de frío en el invierno, a una empresa privada, lo que motivó las críticas del grupo municipal del PSOE.