Los cinco principales proyectos de infraestructuras que deben desarrollarse en la ciudad -ampliación de Alfonso Molina, estación intermodal, Vial 18, conexión ferroviaria del puerto exterior y ampliación del puente de A Pasaxe- iniciaron su tramitación hace ya años pero ninguna de ellas tiene todavía una fecha prevista para el inicio de sus obras. El Ministerio de Fomento, responsable de ejecutar esas actuaciones, camina a ritmo lento para llevarlas a cabo como reflejan los datos sobre cada una de ellas que se exponen a continuación.

EAlfonso Molina. Fomento ordenó el estudio para ampliar la avenida desde Ponte da Pedra a Pedralonga en 2007, aunque en 2010 modificó su propuesta. El primer proyecto fue sometido a información pública en marzo de 2013 y el expediente no fue resuelto hasta un año después, pero posteriormente el ministerio solicitó información complementaria, por lo que no fue aprobado hasta junio de 2014. Eso no supuso que la obra se licitara, ya que cuando se produjo el cambio de gobierno en el Concello, en junio de 2015, el proyecto estaba paralizado. Los nuevos responsables municipales reclamaron a Fomento cambios en el diseño para adecuarlo a un trazado urbano y, tras las conversaciones entre ambas partes, se acordaron una serie de modificaciones que se introdujeron en el proyecto. El nuevo documento se concluyó el 17 de abril de 2017 y se sometió a información pública el 30 de junio. Al analizarlo, el Concello apreció problemas en los caminos para peatones y ciclistas, las paradas del transporte público, las pasarelas de Pedralonga y la calle Montes, los accesos a San Vicente de Elviña y al parque ofimático y las afecciones al medio ambiente, por lo que el pasado septiembre presentó alegaciones que cuatro meses después todavía no han sido contestadas, por lo que el proyecto no está aún concluido y no puede licitarse, a lo que se suma que las expropiaciones no han sido efectuadas, de forma que la fecha en la que puedan iniciarse los trabajos es una incógnita.

EVial 18. La conexión de la Autopista del Atlántico con la tercera ronda es una demanda histórica en la comarca coruñesa, ya que se considera imprescindible para la reducción del tráfico en Alfonso Molina. La obra fue encomendada en 2102 a la concesionaria de la AP-9, Audasa, mediante el acuerdo con Fomento que le permitirá subir los peajes en los próximos años. El proyecto se presentó en junio de 2014 y se sometió a información pública en marzo de 2015, pero algunos de los afectados reclamaron porque faltaban el estudio de impacto ambiental y parte de la documentación. En febrero de 2017 el Ministerio de Medio Ambiente ordenó reiniciar el proceso de evaluación ambiental, que todavía no ha sido concluido, a lo que se unen los problemas entre Fomento y Audasa, ya que la empresa reclama en los tribunales al ministerio 115 millones por haber costeado la ampliación de la AP-9 en Rande y Santiago. A esas obras debían sumarse las de Alfonso Molina y el Vial 18, por lo que este conflicto podría suponer su paralización, aunque Fomento asegura que se llevarán a cabo de todas formas, sin renunciar definitivamente a que la concesionaria las financie.

EPuente de A Pasaxe. En febrero de 2015 -a solo unos meses de la convocatoria de las elecciones municipales- el ministerio anunció el encargo de un estudio para ampliar este viaducto, debido al intenso tráfico que soporta y las frecuentes congestiones que se producen en el mismo. La intención de Fomento es duplicar la actual plataforma mediante la construcción de un puente similar al actual por la parte que mira hacia el exterior de la ría. Una vez comprobado que el puente resistirá que se le adose una nueva estructura, en abril de 2016 se licitó la redacción del proyecto, pero este trámite quedó paralizado durante más de un año por problemas que el ministerio atribuyó a la formalización de varios concursos. Finalmente se adjudicó en junio de 2017 con un plazo de ejecución de 14 meses, por lo que el documento debería ser presentado el próximo verano. En el mejor de los casos, las obras serían licitadas a principios de 2019 y, como se prevé que duren al menos dos años, el nuevo puente no entrará en servicio antes de que termine 2021.

ETren al puerto exterior. El diseño de esta infraestructura comenzó a gestarse en 2010, cuando los nuevos muelles aún estaban en construcción, pero no fue hasta 2014 que se presentó el estudio informativo en el que Fomento se decantaba por tender las vías hacia la dársena por el núcleo de Rañobre. El rechazo frontal del Concello de Arteixo a esta propuesta llevó al ministerio a cambiar sus planes y finalmente aceptó la propuesta de construir el enlace por la zona norte y con un trazado que prácticamente discurrirá a través de túneles. En junio de 2017 se aprobó la declaración de impacto ambiental y el proyecto debería haberse presentado el pasado verano, pero Fomento no informa sobre cuándo se completará ese trámite. El principal problema es que se desconoce cómo se financiará una obra cuyo coste se estima en 132 millones de euros. Aunque inicialmente se confiaba en captar fondos europeos para ejecutar esta actuación, imprescindible para la consolidación del puerto exterior, por el momento no está garantizada su recepción. El fuerte endeudamiento que soporta la Autoridad Portuaria por la construcción de las instalaciones de punta Langosteira hace inviable que este organismo costee el proyecto.

EEstación intermodal. Fomento, Xunta y Concello firmaron en 2009 un acuerdo para construir la nueva terminal, cuyo proyecto se presentó en 2011 con un presupuesto de 180 millones. Semanas después el PP llegaba a la Alcaldía coruñesa y prometía acelerar las obras, pero al cabo de unos meses también se hacía con el Gobierno central e iniciaba una serie de recortes que también afectaron a la intermodal, cuyo proyecto ordenó rehacer con un coste mucho menor. Una y otra vez Fomento pospuso la licitación de las obras, al tiempo que rehusaba hacerse cargo de construir la terminal de autobuses, que entiende como obligación de la Xunta y el Concello. Una reunión entre las tres partes en febrero de 2017 desatascó el proyecto, pero luego el Gobierno local apreció defectos cuya corrección aceptó la Xunta en octubre, por lo que ahora se está a la espera de la presentación del proyecto definitivo de la nueva intermodal.