Cuando sus sobrinos llegaban a casa, una pequeña chabola en las barridas pobres de Varanasi (India) en la que conviven siete personas, Seema Shekh no dejaba de preguntarse qué significaban aquellos números. Meses después comprendió que lo que los niños hacían era sumar. Hoy, la joven no sólo sabe de matemáticas y ha aprendido a leer y escribir, sino que tiene un oficio como costurera: "Estoy orgullosa de ya no ser analfabeta y haber aprendido una profesión".

Una transformación en la que ha tenido mucho que ver la ONG coruñesa Semilla para el Cambio, que desde el año 2009 lleva trabajando a orillas del Ganges.

"Mi vida ha cambiado mucho desde que llegué a Semilla. Antes trabajaba todos los días recogiendo basura: en invierno, en verano, cuando llovía€ y no era un trabajo fácil. También cuidaba de mis sobrinos, cocinaba y hacía las tareas de casa, pero siempre estaba triste". Hace tres años decidió apuntarse a clases de alfabetización tras conocer a otras mujeres que acudían a ellas desde su slum, como se llaman las barriadas de chabolas en las ciudades indias, nutridas de la emigración del campo a la ciudad. "Siempre había querido aprender a leer y escribir, y nunca tuve la oportunidad de ir al colegio. Me gustó mucho. ¡Y me enseñaron matemáticas!".

Meses después, Seema tuvo la posibilidad de aprender a coser en el taller de corte y confección de la organización no gubernamental coruñesa: "Ahora sé coser muy bien a mano y a máquina". Gracias a este proyecto empezó a elaborar productos solidarios y ha podido liquidar casi todas sus deudas, así como empezar un pequeño negocio de arreglos de ropa en el slum.

Una meta, la del autoempleo y la independencia económica, que promueven con insistencia desde Semilla para el Cambio. Sólo así se podrá romper el círculo patriarcal que condena a la exclusión a miles de mujeres en la India.