La iglesia de la Orden Tercera vivió ayer una de las jornadas más peculiares del año con ocasión de la celebración de la festividad de San Antonio Abad, ya que el templo de la Ciudad Vieja se llenó no solo de fieles, sino también de numerosas mascotas cuyos propietarios las llevaron hasta allí para que recibieran la tradicional bendición que se les imparte con motivo de este día.
Y es que San Antonio Abad es para la religión católica el patrón de los animales por haberle ayudado estos a enterrar a Pablo el ermitaño, lo que hace que en este día de enero todos los años sean muchos los fieles que no quieren perder la oportunidad de que sus mascotas sean bendecidas al final de la misa que se oficia a última hora de la tarde. Con la iglesia repleta de gente, entre los bancos podían verse no solo perros, sino también gatos convenientemente resguardados en transportines para evitar problemas, además de cobayas e incluso una tortuga de considerable tamaño.
Todos ellos pudieron beneficiarse de la bendición impartida por el sacerdote, con la que los dueños de los animales confían en que estén protegidos durante este año gracias a su particular guardaespaldas, al que el próximo 17 de enero volverán a solicitar que vele por ellos para que puedan seguir disfrutando de su compañía, siempre beneficiosa para los humanos.
