Los profesores de la Universidad da Coruña (UDC) contarán ya desde este curso con una nueva herramienta para combatir el plagio. Se trata de un programa informático, Turnitin, que compara las propuestas de los alumnos con una amplísima base de datos compuesta por millones de páginas webs, trabajos de otros universitarios y publicaciones científicas. El software funciona incluso aunque el original haya sido traducido del inglés.

"A lo mejor no evita el 100% de los plagios, puede haber algún documento que no incluya, pero va a ser una herramienta muy útil que no teníamos", asegura la vicerrectora de Oferta Académica e Innovación Docente de la Universidad, Nancy Vázquez.

Hasta ahora, la detección de este tipo de prácticas dependía de la pericia de los profesores: "A veces estás corrigiendo un trabajo y te das cuenta de que están escribiendo de una manera un poco torpe y de repente aparecen párrafos perfectamente escritos. Metes las primeras palabras en Internet y ya te sale", explica Vázquez, quien también es profesora de Lingüística General en la Facultad de Filología.

Más que voluntad de copiar, en muchas ocasiones los alumnos cometen abundantes errores al citar fuentes o se exceden en el corta y pega. "En los trabajos fin de grado, como ya los vas supervisando, ya los vas corrigiendo. En las reuniones periódicas ya les comentas si han olvidado citar...".

En caso de un plagio intencionado, la Universidad cuenta con un reglamento de sanciones que incluye el suspenso en la materia e incluso responsabilidades disciplinarias. Es para frenar esos engaños deliberados para lo que las universidades gallegas han recurrido a Turnitin, una herramienta que otros centros españoles de estudios superiores llevan ya varios años utilizando.

En el caso de la Universidade da Coruña está previsto que los docentes comiencen a emplearla ya este mismo curso. "Estamos pendientes de ofrecer formación al profesorado para darles unos conocimientos básicos para su uso", señala la vicerrectora.

El objetivo es que este año académico todos los trabajos fin de grado y máster, así como las tesis doctorales sean escrutadas por este sistema, que es usado por más de 15.000 instituciones de todo el mundo.

Trabajos por encargo

Basta abrir el buscador de Internet para encontrar decenas de anuncios y páginas especializadas que ofrecen documentación, ejercicios y ejemplos de cursos anteriores. Existen también empresas y particulares que venden sus servicios para realizar trabajos fin de grado o máster. Algunas garantizan un "100% de aprobados" e inmunidad ante los detectores de copias: "Se pasan los trabajos por un sistema antiplagio", reza el anuncio.

"Ellos tendrán especialistas, pero aún así cuando se trata de un trabajo importante que tiene una parte de defensa me parece muy difícil" que funcione, afirma Vázquez.

La gran amenaza sigue siendo el plagio inteligente: cuando el texto original copiado es adaptado a las propias palabras del alumno que lo presenta como propio. Eso va a seguir siendo difícilmente detectable, pese a la ayuda del programa informático. Ante estas prácticas sólo la experiencia de los docentes podrá evitar que el plagio tenga éxito.