Tres mariscadores furtivos fueron descubiertos con 700 vieiras tóxicas en el maletero porque el que conducía el vehículo por la AP-9 desde A Coruña en dirección a Vigo cometió una infracción de tráfico. Los procesados extrajeron el producto durante la época de veda por marea roja. "Las cantidades de toxina arrojadas por las vieiras suponen un elevadísimo riesgo para la salud pública, pudiendo producir desde gastroenteritis, cefaleas, cuadros neurológicos graves o muy graves e incluso el coma y la muerte del consumidor", destaca la juez en la sentencia.

La Guardia Civil dio el alto al turismo en el que viajaban los sospechosos en el partido judicial de A Coruña. Los agentes comprobaron que el hombre también carecía de carné de conducir desde 2008 porque había perdido todos los puntos. Al registrar el coche, los funcionarios descubrieron que transportaban vieiras en cuatro capachos, así como útiles de pesca como redes. El marisco lo habían extraído en A Coruña ese día, el 23 de febrero de 2013, a pesar de que la Xunta había prohibido, el 14 de enero de ese año, faenar en todas las rías gallegas debido a la marea roja que indica la presencia de toxina que hace "imposible el consumo humano del género", indica la magistrada en el fallo.

Los 165 kilos de vieiras eran muy tóxicos. La juez relata que el Instituto Tecnológico para o Control do Medio Mariño de Galicia las analizó y arrojaron un resultado de 49,2 miligramos de ácido domoico por cada kilo, "muy por encima del límite máximo legal, que es de 20 miligramos", explica la magistrada, al tiempo que insiste en que en esa época está "prohibida la extracción y comercialización de ese u otro marisco".

Los tres procesados reconocieron que estaban al tanto de la existencia de la veda y de la "peligrosidad de la venta y consumo de vieira en tales circunstancias". Los imputados, además, no contaban con ningún permiso "para la realización de actividades extractivas de vieiras u otro marisco", según consta en la sentencia. Los tres llegaron a un acuerdo con la Fiscalía sobre la pena, por lo que la magistrada dictó sentencia oral en la sala y el juicio no se celebró. Los acusados se declararon culpables de un delito contra la salud de los consumidores por traficar con géneros corrompidos, en grado de tentativa, porque no llegaron a vender el marisco. La juez les impuso una multa de 240 euros y tres meses de cárcel, que no cumplirán con la condición de que no vuelvan a delinquir en dos años y medio y de que realicen 45 días de trabajos para la comunidad. El que conducía sin permiso también deberá pagar una multa de 1.200 euros.