La acusación del Partido Popular de que el Gobierno local bloquea el proyecto de reforma de Alfonso Molina con la presentación de alegaciones contrasta con el hecho de que la Xunta, gobernada por esta misma formación, presentó un informe desfavorable a esta actuación por la "afección negativa" que a su juicio tendrá sobre tres bienes patrimoniales situados al pie de la avenida: la iglesia y el crucero de San Vicente de Elviña, el concesionario de la SEAT y el hórreo situado delante del aparcamiento de Carrefour.

En el informe emitido por la Dirección Xeral de Patrimonio, perteneciente a la Consellería de Cultura, al que ha tenido acceso este diario se indica que el Ministerio de Fomento debe "remitir el proyecto de obras que incluya las correcciones requeridas", con el fin de que pueda recibir la autorización preceptiva de ese departamento del Gobierno autonómico.

Patrimonio advierte además de que las actuaciones que se incluyan en el proyecto que afecten a los elementos protegidos "deberán estar detalladas y a una escala adecuada", al tiempo que en los planos tendrán que aparecer estos bienes patrimoniales "para poder valorar la afección" que les causen las obras. También señala el informe que los trabajos deberán desarrollarse con un proyecto de control arqueológico, ante la previsión de que durante su ejecución aparezcan restos de valor histórico o artístico.

El catálogo del patrimonio cultural del Plan General de Ordenación Municipal cuenta en las proximidades de Alfonso Molina con varios bienes protegidos, como la fábrica de Coca-Cola, el concesionario de SEAT, el hórreo del aparcamiento de Carrefour, la iglesia y el crucero de San Vicente de Elviña, así como en ese mismo núcleo el crucero de Carracedo, varios hórreos, un lavadero y una fuente. Patrimonio destaca en su informe que en el proyecto de reforma de Alfonso Molina no figuran "trabajos específicos de identificación" de este tipo de elementos, pese a que las Directrices de Ordenación del Territorio obliga a llevar a cabo esa labor en cualquier actuación, al igual que la ley de protección del paisaje de Galicia.

El anexo de integración ambiental del proyecto contiene un apartado dedicado a patrimonio en el que afirma que no afecta a los únicos cuatro elementos protegidos del entorno que considera que existen, ya que obvia la presencia de los hórreos y el crucero de San Vicente de Elviña, así como que la ampliación de la avenida les afecta.

Pero al analizar el proyecto del ministerio, los técnicos de la Dirección Xeral de Patrimonio aprecian que la nueva pasarela que se pretende instalar sobre la avenida estará "más próxima al conjunto de la iglesia y crucero de San Vicente de Elviña" y que además tiene "mayor entidad que la existente en la actualidad", de lo que deduce que tendrá "más incidencia en el conjunto, así como en el núcleo tradicional y los elementos etnográficos protegidos".

Ante esta situación, se exige un nuevo diseño de la rampa de bajada de la pasarela "buscando su simplificación y reducción", así como limitar la afección de las zonas verdes y la senda peatonal y ciclista en el entorno de la iglesia, donde habrá que tener especial cuidado en el diseño de las taludes, la elección de los materiales, acabados y tratamientos con el fin de "conseguir una idónea puesta en valor" de las proximidades de los elementos patrimoniales.

En relación al hórreo ubicado delante del aparcamiento de Carrefour, se reclama una definición "en detalle" de la zona verde y la senda peatonal y ciclista prevista por delante, de forma que se limite su afección y ese bien se integre en el conjunto.

El edificio que ocupa el concesionario de SEAT en la avenida se ve afectado por su parte por otra nueva pasarela, cuya rampa de bajada quedará dentro del entorno de protección del inmueble. Patrimonio destaca que el proyecto no cuenta con ningún documento que relacione la pasarela con el edificio, por lo que considera que "no es posible valorar la afección de la nueva estructura sobre el elemento catalogado". A pesar de esta carencia, para los técnicos del departamento habrá "afecciones negativas" por su proximidad al inmueble, el tamaño de la pasarela y su altura, que se calcula en cuatro metros, ya que en los planos no figura este dato.

Esto lleva al departamento a exigir un nuevo diseño de la pasarela que aproveche la elevación sobre la que se sitúa el concesionario para suprimir la rampa, aunque también propone como alternativa reducir su longitud al mínimo o modificar su trazado para que afecte lo menos posible al edificio.