Un tablero con sueños. Ese es el camino marcado por el Juego Oasis, una metodología de movilización comunitaria desarrollada por el instituto brasileño Elos y que ha sido empleada en más de veinte países antes de aterrizar en el barrio de Monte Alto.

Se trata de que los propios agentes locales, agrupaciones sociales, vecinos o colectivos artísticos, sueñen el barrio que querrían tener: nadie mejor que ellos conoce lo que necesitan. Una vez definidas las prioridades, apunta Noelia López, una de las integrantes del grupo Oasis Monte Alto que lideró la actividad, se establecen los proyectos concretos a llevar a cabo. "Uno tras otro hasta lograr la transformación completa del barrio", señala López.

En esta primera aproximación al Oasis los vecinos de Monte Alto apostaron por humanizar la escalinata de Adelaida Muro. Todo el barrio se involucró: algunos apadrinaron un escalón aportando materiales o dinero para la compra de pintura, rodillas y plásticos. Otros, los artistas, pusieron su talento a disposición de la ciudadanía: idearon un mosaico con residuos, pintaron las paredes y crearon una estatua con alambres.

Esa misma semana se ha celebrado una comida y un pasacalles: hubo magos, quilomberos y cuenta-cuentos. Un fulgor artístico destinado a "revivir las relaciones comunitarias".

Esta fue una de las mayores preocupaciones expresadas por los vecinos durante los encuentros previos, continúa López, la necesidad de "recuperar" el diálogo en el barrio generando espacios comunes de convivencia.

Para lograrlo, el grupo Oasis tiene previsto continuar más allá de la iniciativa Co-Lab. "El proyecto fue como una semilla", resalta López, pero la meta es que el grupo se consolide como un ente "independiente" que establezca su propia agenda de actuaciones.

En las próximas semanas está prevista de hecho una nueva reunión para definir los pasos a seguir, entre ellas completar la renovación de la escalinata con nuevas intervenciones en los laterales.

De lo que se trata, insiste una de las facilitadoras de Oasis Monte Alto, es que sea "el barrio el que decida" lo que necesita. Nadie mejor que los propios vecinos para hacerlo.