Marea Atlántica cerró el pasado sábado su proceso para modificar sus normas de funcionamiento interno, denominado Marea Viva, que fue ratificado por el 80% de los 146 militantes que votaron. El concejal de Culturas y uno de los fundadores de Marea, José Manuel Sande, manifestó ayer que esas cifras "no importan" y que es posible que "la gente no vaya a votar porque son documentos que fueron trabajados previamente". Sande rechazó además que Marea se parezca ahora a otros partidos, en lo que coincide con Mariano Fernández, portavoz de Marea Viva, que también estima que las listas abiertas a las que renuncia el partido para elegir su próxima candidatura electoral no garantizan la integración de todas las sensibilidades.

- ¿No ha sido muy baja la participación en la votación en comparación con el número de firmantes del manifiesto?

-Podía ser más alta, pero tiene su explicación, ya que el proceso de Marea Viva empezó en octubre y en las reuniones participó seguramente un número de personas más alto que el que votó el fin de semana.

- ¿Y por qué los que participan después no votan?

-En las reuniones surgieron todas las ideas que recogió el equipo redactor y, al no haber otra propuesta, creo que eso desincentivó bastante el voto porque no había otra opción y la gente se relajó. Es un número bajo, pero hay que tener en cuenta que las personas activas en Marea Atlántica rondan las trescientas, porque el número de firmantes del manifiesto está acumulado desde 2014 y en él hay incluso personas que no son votantes del partido. Pasa como con otras formaciones que tienen un número muy alto de inscritos y luego en las votaciones internas solo participan las personas activas.

- Pero cabría pensar que hubiera más votantes en una formación que se crea sobre la base de la participación.

-La participación fue mucho más activa que el mero hecho de votar, porque en las seis o siete reuniones de trabajo colectivo hubo muchísimas personas y a lo que no acudieron tanto fue a la ratificación del proceso. Nos gustaría que hubieran votado más personas, pero estoy seguro de que cuando lleguen las primarias, aunque no haya ninguna emoción, votará más gente solo porque se escoge algo, ya que no es lo mismo votar sobre documentos que sobre algo más tangible, como una lista de personas.

- ¿Se está convirtiendo Marea en algo más cercano a la idea tradicional de un partido?

-Yo diría que no, porque yo llevo en Marea desde octubre de 2014 y su funcionamiento no lo veo homologable al de ningún otro partido. El nuevo método de las primarias se puede parecer más al de otros partidos, pero también es cierto que el momento político ahora es diferente al de 2015, ya que entonces la confluencia estaba a medio fraguar y queríamos que todas las sensibilidades se visibilizaran claramente porque todo el mundo tenía una procedencia identitaria. Esa fase está superada y lo que se busca son equipos de trabajo porque no hay que olvidar que en las elecciones la ciudadanía elige un equipo para gobernar.

- ¿La exigencia de listas cerradas en las primarias no es una forma velada de garantizar puestos en la candidatura electoral a todas las formaciones que integran Marea?

-Podría ser si se quisiera, pero lo que expresó Xulio Ferreiro en el acto de cierre de Marea Viva es que la voluntad sigue siendo la misma, de integrar y de que nadie se sienta excluida. Un modelo de listas abiertas no garantiza además que se integre a todo el mundo, y de hecho ya pasó en 2015, ya que una formación muy importante no metió a ningún candidato entre los diez primeros.

- ¿Se trata por eso con este modelo de garantizar la presencia de Podemos o cualquier otro partido en la lista de las municipales?

-No estamos pensando en esas claves, sino en equipos de personas con independencia de su procedencia. Lo importante es el camino hacia la candidatura, ya que seguramente habrá un debate y una búsqueda de consenso para hacer la mejor lista posible y no satisfacer a unos u otros.

- ¿Cuál es la razón de que se excluya de la lista electoral a personas que ya ocuparon otros cargos políticos?

-Nos gusta separar las cosas y la limitación de mandatos. Creemos que el trabajo en un parlamento es lo suficiente difícil y duro como para no simultanearlo con otra cosa.

- ¿Incluso si esa persona renuncia a ser parlamentario?

-También nos gusta que haya renovación, que no estén siempre las mismas caras presentes en los mismos lugares. No estamos por la labor de generar un cuerpo de políticos profesionales. No hemos venido para quedarnos a nivel personal.

- La nueva coordinadora será elegida por un 'grupo de propuesta'. ¿Implica eso que ahora lo será por solo unas pocas personas?

-Se va escoger en el máximo órgano representativo de las personas activas, que es la Rede. Y será un sistema prioritario, pero no el único. Si el grupo de propuesta no es capaz de proponer un grupo de personas que cuente con el suficiente consenso, se reiniciará el proceso y se hará una votación. Y los reglamentos de la coordinadora y de la Rede se tendrán que definir a partir de los documentos aprobados el fin de semana, pero la Rede puede decidir posteriormente que la coordinadora se pueda elegir de otra manera.

- ¿Supone la posibilidad que se abre ahora de subir el límite salarial para cargos electos que el existente se había establecido demasiado bajo?

-Personalmente, siempre creí que era bajo, pero no fue la tesis apoyada. La modificación no es enorme, sino que atiende a condiciones personales por cargas familiares, pero la idea sigue siendo la de estar cerca de la ciudadanía a pesar de estar en una institución, ya que buena parte de los problemas de la gente pasan por no tener un salario adecuado, por lo que no podemos imitar comportamientos en los que algunos se han lucrado de la política de forma desproporcionada.