La revisión del catastro iniciada en 2013 por el Ministerio de Hacienda para regularizar propiedades que no figuraban inscritas y por lo tanto no abonaban impuestos acumula ya en el municipio coruñés 3.434 fincas descubiertas, 768 de ellas en el último año, según los últimos datos hechos públicos por el departamento estatal. El tipo de propiedad que experimentó un mayor cambio en el catastro coruñés a raíz de estas inspecciones es el de los almacenes y garajes, ya que se descubrieron 2.285 en estos cinco años, 210 de ellos durante 2017.

Pero durante el año pasado fueron otras las propiedades que proporcionaron un mayor aumento en el catastro, posiblemente porque Hacienda centró sus inspecciones en ellas, ya que las oficinas contabilizadas crecieron en 595 hasta alcanzar las 4.931, cuando en los cuatro años anteriores solo se habían inscrito cuatro.

Otro de los sectores en los que los inspectores hicieron especial hincapié es el sanitario, ya que las instalaciones dedicadas a esta actividad se incrementaron en 409 en los últimos doce meses hasta llegar a las 547, mientras que desde 2013 solo habían aumentado en once. También es destacable la evolución mostrada por las inscripciones de fincas dedicadas a fines culturales, que sumaron 195 al catastro en 2017, frente a las cinco que se habían registrado como nuevas en el cuatrienio anterior.

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Otro tipo de propiedades cuya presencia aumentó en el catastro durante el último año es el de las que acogen actividades religiosas, con 17 más para alcanzar las 83, cuando en los cuatro ejercicios precedentes incluso habían bajado en una. Las que tienen uso deportivo también tuvieron un notable incremento el año pasado al pasar de 61 a 107, mientras que en los cuatro años anteriores solo se había inscrito una.

El análisis de las viviendas contabilizadas durante el último año pone de manifiesto la paralización que vive el sector inmobiliario, ya que fueron solo nueve las inscritas en 2017, a cuyo término había 124.986 registradas, mientras que desde 2013 el crecimiento fue de 1.804, que posiblemente correspondan a promociones iniciadas antes del inicio de la crisis del sector o a pisos que hasta ese momento no figuraban en los datos de Hacienda.

Frente a los tipos de fincas en los que se produjeron aumentos, hay otros que acumulan importantes descensos, el más importante de los cuales es el de las que tienen uso industrial, que caen en 420 durante 2017 hasta quedarse en 5.940 tras la depuración efectuada por Hacienda, que en 2103 tenían registradas 6.470. Otro tipo de propiedades que rebajaron su presencia en el catastro de la ciudad son las incluidas en el tipo de suelo vacante, que descendieron en 265 el último año, aunque en este caso siguiendo la tendencia iniciada en 2013, ya que desde entonces han sido 1.595 las fincas que perdieron esta condición tras las revisiones efectuadas.

El comercio, una de las actividades económicas con mayor relevancia en la ciudad, suma 11.316 propiedades en el catastro, 17 más que hace cinco años, aunque la comparación con el inicio del año pasado refleja una caída de 144. Un dato sorprendente de la estadística de Hacienda es que solo figuran 376 propiedades dedicadas a ocio y hostelería, un número incluso menor que de las que se destinan a fines culturales, lo que puede deberse a que los establecimientos de ese sector quizás aparecen en el apartado del comercio.

La actualización de los datos del catastro revela que en el municipio coruñés hay un 25,88% de suelo sin ocupar y 2.297 parcelas sin edificar, con una superficie media de 0,17 hectáreas y que en total suman 397 hectáreas. Las parcelas urbanas ocupan por su parte 1.534,18 hectáreas del término municipal.

Por la antigüedad de las propiedades, las décadas de los setenta y los sesenta del siglo XX son las que concentran un mayor número, con 34.564 y 30.339 respectivamente, lo que tiene relación directa con el importante crecimiento del parque inmobiliario que se produjo en toda España durante esos años ante el enorme avance demográfico y el desarrollo económico.

El siguiente periodo en número de construcciones registradas es la primera década de este siglo, que coincide con la de la burbuja inmobiliaria, durante la que se registraron 28.693 propiedades en la ciudad, mientras que a partir de 2010, las inscripciones en el catastro fueron solo 2.297. Las construcciones más antiguas del municipio, contabilizadas por Hacienda como anteriores al año 1950, son 8.462.