Un hombre reconoció ante el juez de Penal 1 haber bebido el día de Navidad y golpeado a su hija de 25 años en el domicilio familiar, situado en la zona de El Ensanche. El procesado llegó a un acuerdo con la Fiscalía sobre la pena antes del juicio, por lo que la vista no se celebró y el juez dictó sentencia oral en la sala. El procesado se declaró culpable de un delito de lesiones y aceptó ser condenado a la prohibición de "todo tipo de comunicación" con su hija y de acercarse a menos de 300 metros de ella, de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro que frecuente durante un año; a 30 días de trabajos en beneficio de la comunidad; y a un año de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.

El imputado admitió que poco después e las 23.30 horas del 25 de diciembre del año pasado inició una "fuerte discusión" con su hija de 25 años en el domicilio familiar. El imputado, según indica el juez, tenía sus facultades psicofísicas "disminuidas por la situación de embriaguez en la que se encontraba". Así, le recriminó a la víctima que no le entregase las llaves de un vehículo. Durante la disputa, empujó sobe la cama de su dormitorio a su hija, mientras le gritaba frases como: "Eres una hija de puta y una vaga" o "me has jodido la vida".

El magistrado explica en la sentencia que, a continuación, se desencadenó un forcejeo entre ambos, durante el que el acusado le propinó a su hija "repetidos golpes en el rostro y tirones en el pelo hasta que acudió a la habitación su esposa, lo separó y consiguió inmovilizarlo hasta que llegó la dotación policial que habían avisado".

Como consecuencia de la agresión, la joven resultó con algunos mechones de pelo arrancados, así como con lesiones en diferentes partes del cuerpo. Para sanar precisó de una primera asistencia médica y tardó siete días en curar de las heridas, uno de los cuales estuvo incapacitada para realizar sus tareas habituales. La hija del condenado renunció a toda indemnización que pudiera corresponderle por estos hechos.

El representante del Ministerio público demandaba en su escrito de calificación que el sospechoso fuese penado con 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad, con la prohibición de comunicarse y acercarse a su hija durante dos años y cuatro meses, y con la privación del derecho a portar armas durante ese período. Finalmente, llegó a un acuerdo con la defensa y aceptó rebajar la pena. El fallo es firme porque fue dictado bajo la conformidad de todas las partes.