Un hombre de 55 años ha sido condenado por hostigar a su expareja, con la que salió entre 2008 y 2013, para que volviese con él. El procesado reconoció ante la juez de Penal 6 que persiguió a la víctima por la calle, la fotografió, se coló en su garaje, le dejó notas debajo de la puerta de su casa, la llamó insistentemente y le envió numerosos mensajes al día. El imputado también le remitía textos a través de Facebook y WhatsaApp, pero su excompañera sentimental lo bloqueó, por lo que utilizaba otras plataformas de internet.

La titular de Penal 6 destaca en la sentencia que estas situaciones generaron a la afectada "una gran sensación de intranquilidad y desasosiego", por lo que denunció los hechos en enero de 2016. El acusado fue detenido cuando salía del portal de su expareja, detrás de ella, después de haberla seguido.

El procesado fue condenado como autor de un delito de acoso u hostigamiento a 90 días de trabajos en beneficio de la comunidad, así como a la prohibición de comunicarse con su exnovia "bajo ningún pretexto y por ningún medio, ya sea postal, telefónico, electrónico o telemático" y de aproximarse a menos de 300 metros de ella, de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro que frecuente durante cuatro años.

El imputado admitió ante la juez que a partir del mes de junio de 2015, cuando su expareja decidió cesar cualquier contacto con él y romper la relación de amistad que tenían desde 2013, no dejó de "molestarla". "A pesar de constarle la negativa de la víctima, la llamó numerosas veces, incluso en un mismo día, le remitió numerosos mensajes, le dejó notas debajo de la puerta de su domicilio y acudió a su lugar de trabajo", relata la magistrada, al tiempo que asegura que "en más de una ocasión" siguió a su exnovia por la calle y le sacó fotos después de que estuviese tomando algo con unos amigos en una cafetería de la calle Salvador de Madariaga.

Cuando la mujer salió del establecimiento, la siguió en coche hasta su casa. Al percatarse de que la perseguía, la afectada se dirigió al hospital Universitario y regresó más tarde a su domicilio. Al entrar en el garaje con su coche descubrió que el condenado había accedido al aparcamiento a pie después de estacionar su automóvil en la calle.