Momo se viste este año de demonio en el trono del Obelisco desde el que preside desde esta noche la fiesta del carnaval, pero su cara es la del concejal de Culturas, José Manuel Sande, quien en una mano lleva un tridente con el que ensarta una sardina y en la otra un cetro con la cabeza del alcalde, Xulio Ferreiro. "No se debe usar el derecho para juzgar el carnaval", proclamó el pregón que abre la programación festiva, en alusión a la denuncia presentada el año pasado por la Asociación de Viudas de Lugo contra Sande por el cartel municipal de la fiesta, en el que aparecía un hombre ebrio y disfrazado de papa.