La Agència d'Ecologia Urbana, con Salvador Rueda al frente, realizó ya en 2011 un plan de movilidad para la ciudad -entonces gobernada por el PSOE y el BNG- en el que consideraba "básico" volver a configurar la red de bus urbano, porque estaba "diseñada como una suma de líneas" y no como una red efectiva en la que las rutas se complementan para hacer la movilidad más fluida en la ciudad. Este plan, sin embargo, nunca se llegó a aplicar y, tras la llegada de Marea Atlántica a María Pita, el Gobierno local le volvió a encargar a esta empresa el rediseño del transporte urbano, aunque ahora se han metido en la fórmula otros factores, como la penetración de los autocares procedentes del área metropolitana en el centro o que el carril bus todavía no se ha repuesto. El primer borrador del estudio se presentará en primavera, pero no será hasta 2019 -año electoral- cuando se apliquen los cambios.