El Concello se plantea que cuando el nuevo contrato de la recogida de residuos esté en vigor se aplique una reducción de la tasa municipal en función del grado de separación que efectúe cada contribuyente. Pero antes de que pueda ponerse en marcha este sistema, habrá que modificar y simplificar las ordenanzas fiscales referidas a esta tasa, que en la actualidad son muy complejas debido a que tienen en cuenta una gran cantidad de parámetros para determinar qué cantidad paga cada persona o establecimiento.

Pero, además, el Concello se encontrará con la dificultad de identificar quién es el productor de cada bolsa de residuos, por lo que el sistema comenzará de forma experimental en zonas de la ciudad con una baja densidad de población y en las que sea más fácil individualizar al generador de la basura, como viviendas dispersas o comunidades en las que los residentes depositen los desperdicios de forma individual. "No podrá ser en barrios con muy alta densidad de población como el Agra do Orzán, por lo que no empezaremos por ahí", explica sobre esta iniciativa la concejal de Medio Ambiente, María García, quien añade que se hará en lugares donde en este mismo momento ya sería posible llevarlo a cabo y, además mediante sino proyectos piloto que puedan ser evaluados.

Otro de los objetivos que se persiguen con el nuevo modelo de recogida es fomentar que tanto la ciudadanía como las empresas colaboren en el vertido por separado de aquellos residuos que no precisan un tratamiento, ya que esta conducta tiene una recompensa económica para el Concello y, por lo tanto, para todos los contribuyentes. María García recuerda que el papel y el cartón que se deposita en los contenedores azules no precisa pasar por la planta de Nostián, sino que se destina directamente a las compañías que reciclan estos materiales. "Si todo el papel se depositase en ellos, el Concello ingresaría un millón de euros más al año", destaca la edil, quien detalla que una ganancia similar se obtendría con el vidrio y la materia orgánica, por lo que el presupuesto municipal dispondría de mayores recursos.

"Aún hay personas que tiran el vidrio a los contenedores normales, por lo que hago un llamamiento a la hostelería para que colabore", señala García, para quien el volumen de este residuo que se arroja de forma debida todavía es "demasiado". Además de la pérdida de ingresos que supone esta actitud, hay otra consecuencia negativa, ya que el vidrio que se mezcla con la basura orgánica afecta de forma grave a la planta de Nostián, puesto que se deposita en el fondo de los biodigestores que generan metano y "causa unos problemas gigantescos". según explica la titular de Medio Ambiente.

El nuevo contrato obligará además al adjudicatario a efectuar una inversión de 8,3 millones para adquisición de maquinaria, contenedores e instalaciones, lo que justifica que se licite por un plazo de ocho años para que el concesionario tenga tiempo para amortizar esa cantidad. Otra de las exigencias que figurarán en la licitación es la realización de un programa de educación ambiental permanente que se destinará a diferentes colectivos y que abordará aspectos como la separación de los residuos, el cuidado del espacio público o el vandalismo.