Más guerrera y sincera que nunca, Ruth Lorenzo regresa a los escenarios con su segundo trabajo discográfico, Loveaholic. La cantante, que representó a España en 2014 en Eurovisión tras rechazar un contrato millonario con EMI, actuará hoy (21.30 horas) por primera vez en Galicia en el Fórum Metropolitano, donde comenzará una gira acústica en la que repasará los temas de su primer álbum, Planeta Azul.

- En Loveaholic se desplaza hacia un sonido más rockero, ¿qué ha motivado el cambio?

-Realmente no es un cambio para mí, a lo mejor es un cambio para el oyente. Porque, ¿a las canciones qué les hace cambiar, un solo de guitarra? Una canción es una canción, y luego la producción que le pongas encima. Simplemente he intentado desnudar todo. Como dice Alicia Keys, son tres acordes y la verdad. Todo lo demás son cosas que le añades.

- Sus canciones hablan de sus experiencias, pero con Loveaholic dice que ha querido ir más allá, ¿cómo lo ha hecho?

-Sin demasiadas florituras, sin decorar, diciendo lo que hay. Por ejemplo, Good girls don't lie habla de que no te enamores de mí, porque no soy buena para ti en ningún sentido. No he querido adornar, he querido ser lo más cruda posible.

- Trata el amor como adicción, ¿es así como lo ha vivido?

-Sí. Yo creo que es así como la gran mayoría de seres humanos viven el amor. Como una auténtica adicción al pre, al post, al durante y al volver. El subidón del amor engancha mucho, pero el bajón del amor engancha más, porque cuando estás de bajón, o te quedas con una resaca de la leche o vuelves a querer amar de nuevo. Lo veo muy curioso. Yo, por lo menos, vivo siempre adicta al amor.

- Pero no solo trata el amor romántico, se remonta también hasta la infancia. ¿Qué tiene que ver su relación de entonces con la de ahora?

-Supongo que todos tenemos un momento que nos ha marcado en la vida, y para mí el momento que más me ha marcado a la hora de relacionarme amorosamente fue la relación con mi padre, y el sentimiento de abandono por una separación. El que mi padre no supiera estar, el que yo no supiera volver? Y todas esas cosas. Una vez que lo entiendes, comprendes Good girls don't lie y todo lo demás, entiendes la rebeldía, el dolor, el querer volver pero no saber dejarte amar.

- Lo vincula también a su etapa en Londres. Tengo entendido que en este álbum ha incluido uno de los temas que EMI rechazó durante su acuerdo.

-No es que se rechazara Another day, simplemente no les encajaba en lo que ellos tenían como disco para mí. No dieron motivos. Yo lo envié y la respuesta fue: "Ah, muy bien, pero hay que hacer esto, esto y esto". Ni siquiera me hicieron caso. Y para mí es la canción más especial que hay dentro de este disco. La colaboración con Jeff Beck es la hostia. Es una leyenda viviente. y un hombre súper humilde, que ha querido trabajar hasta el final.

- Usted rechaza el contrato con EMI después de triunfar en The X Factor . Tenía un nombre en el extranjero, pero regresa a España, ¿por qué?

-Porque necesitaba un cambio, quería crecer?. Buscaba poder volver a mí país.

- Lo hizo en el anonimato, ¿pensó que se había acabado?

-No, yo siempre he sabido que me iba a dedicar a cantar, que es lo que voy a hacer hasta el final de mis días. ¿La escala en la que lo haga? Pues ya depende de la suerte que puedas tener. Pero, aunque sea en el metro, cantaré. Voy a cantar toda la vida. El regreso me sirvió para recapacitar, ver quién era y qué necesitaba. Surgió la oportunidad de Eurovisión y dije "vamos a probar".

- En el festival quedó en el décimo puesto, una posición mucho mejor que las últimas que el país ha conseguido, ¿qué le falla a España en Eurovisión?

-No sé si falla algo, pero yo le diría a las personas que vayan en un futuro a Eurovisión, que lo más importante es la música, hacer arte, por encima de cualquier nombre y firma debajo de un papel. Muchas veces las cosas no funcionan simplemente porque el ego gana. Cuando no gana el ego y gana el arte, ahí es cuando se pueden hacer grandes cosas. En eso me baso a la hora de crear.