El economista y periodista Carsten Moser se preguntaba ayer en el Foro Radio Coruña cómo afectará la revolución 4.0, la de las nuevas tecnologías, al empleo. Más allá de ahondar en las consecuencias o en un escenario futuro, el expresidente de la Cámara de Comercio Alemana en España se centró en la "educación como una inversión" y en la importancia del "diálogo" para poner fin a la precariedad laboral. "Los tiempos van a cambiar más rápido que antes así que el gran reto es que no nos pongamos en posiciones diferentes. Hay que llegar a acuerdos", expuso.

El rector de la Universidade da Coruña (UDC), Julio Abalde, intervino desde el público para apoyar la iniciativa de Moser. "Tenemos que trabajar todos conjuntamente. Las universidades están haciendo un esfuerzo enorme por adaptarse y acercarse a las empresas para conocer las demandas del sector", manifestó.

Ese es el camino a seguir, conocer las necesidades del mundo laboral para poder formar a los futuros trabajadores. Pero su periodo de aprendizaje no acaba ahí. Los ponentes del Foro Radio Coruña, celebrado en Afundación, apuestan por una formación dual, que combine estudio y trabajo. "El modelo laboral ha caducado y hay que evolucionar. La formación continua es clave", declaró Rafael Sánchez, de la multinacional Trison World, proveedora de Inditex. El consejero delegado de la firma emergente Confirmsign, Frankie Gómez, defiende que "las empresas cambian y necesitan perfiles diferentes", de ahí la importancia de seguir aprendiendo a pesar de haber conseguido un puesto de trabajo.

Hay un problema en este planteamiento, según el economista, cuadro de Comisiones Obreras y profesor de la Escola de Relacións Laborais, Manuel Lago. "Los centros de Formación Profesional se vuelven locos para que empresas integren a personas gratis e incluso con subvenciones", destacó.

Los ponentes no solo se mostraron preocupados por lo que ocurra en un futuro próximo, sino también por problemas actuales como las altas tasas de desempleo. "Hay una gran disfunción entre los contratos temporales e indefinidos", expuso la directora de la Cátedra de Empresa Familiar de la UDC, Berta Rivera, quien añadió que los titulados "encuentran empleo con más facilidad", pero si no es para lo que se han formado genera "frustración".

Lago comentó, bajo la aprobación de Carsten Moser, que el cambio pasa por "una adaptación de la jornada laboral a la situación de una empresa". Con esto defiende que el despido no es la solución. "Los trabajadores pueden conservar su puesto aunque con una jornada reducida", agregó.

Sin embargo, como manifestó Frankie Gómez, este tipo de situaciones se pueden evitar si trabajadores y empresarios reman juntos hacia la misma dirección. "Veo que los trabajadores buscan etiquetas y no el éxito de toda la empresa", criticó, y aportó que esta es una de las razones por las que "la gente se va a trabajar fuera de España". Otro obstáculo más. "¿De qué me sirve darle formación si cuando quiera se marcha? Este país no cree en compañías emergentes. Así que los trabajadores con talento se van al extranjero y luego me cuesta el doble traerlos", explicó. También Rafael Sánchez considera que "no hay una cultura que apoye al emprendimiento y el riesgo".

La situación de la mujer también juega un papel importante en esta problemática. "Existe una brecha salarial entre hombres y mujeres. Es cierto que cada vez es menor pero existe y no se justifica", afirmó Berta Rivera, que lamentó que "solo el 30% de las mujeres llega a puestos directivos". El economista Carsten Moser recordó que los minijobs ayudaron en Alemania a que "las mujeres accediesen a puestos de trabajo temporales y de ahí, a puestos fijos". Lo que defendieron Rafael Sánchez y Frankie Gómez es que "no hay diferencias" entre hombres y mujeres. "El talento no tiene género", concluyó.