"Las obras necesarias en los accesos son las conexiones transversales"

- ¿Funciona bien la movilidad en la comarca coruñesa?

- Hay una percepción de que está muy mal pero porque nos comparamos con otras ciudades que tienen unos condicionantes muy diferentes. No hay que olvidar que A Coruña está en una península y eso polariza el acceso sobre determinadas vías. También hay un proceso de construcción histórica de la red viaria que ha focalizado esos mismos ejes principales y, además, la forma de urbanización dispersa del entorno hace a la población mucho más dependiente del coche. Estos tres factores influyen mucho en la percepción de que los accesos están saturados. No estoy diciendo que no hagan falta grandes obras, sino que las necesarias son sobre todo conexiones transversales.

- ¿En qué ejes habría que construirlas?

-Hay algunos muy claros, ya que faltan la conexión de la vía ártabra con la A-6, la del puerto exterior con el nudo de Lonzas y la de la autopista con la AC-14 [tramo de Fomento en la tercera ronda], que es importante para descargar Alfonso Molina y diluir el tráfico en varios puntos de acceso.

- Hay una polémica entre quienes defienden más infraestructuras y quienes demandan más transporte público. ¿Por qué se decanta?

-No hay una solución de blanco o negro, porque mejorar únicamente el transporte público se ve afectado por el proceso histórico de construcción de la red viaria y por la forma de urbanización. Para que el transporte público funcione bien necesita una masa crítica alrededor de los nodos que es muy difícil de lograr con este modelo de urbanización. Hay que llegar a un equilibrio entre ambos tipos de soluciones, aunque es muy importante potenciar el transporte público por motivos ambientales y sociales, pero una solución basada solo en el mismo crearía problemas. Una estrategia metropolitana a largo plazo debería coordinar el transporte público y privado con el modelo de urbanización, de forma que se propongan nuevas vías transversales y medidas como aparcamientos disuasorios.

- La tercera ronda iba a ser la panacea para la movilidad, pero finalmente no ha solucionado los problemas que se esperaba.

-Al eje Arteixo-Carballo la tercera ronda solo le supone un desahogo en su tramo final hacia Visma, mientras que la zona de mayor urbanización del área metropolitana, la ría de O Burgo, sigue polarizada sobre Alfonso Molina porque falta esa conexión transversal que permita entrar desde la tercera ronda y que podría existir desde Lonzas, aunque es un punto muy cerca del final del recorrido, por lo que creo que es necesario el enlace entre la AP-9 y la AC-14, el llamado Vial 18, que puede canalizar los tráficos que vienen de la ría de O Burgo y Betanzos.

- La ampliación del puente de A Pasaxe es una obra muy esperada ahora, pero ¿se corre el peligro de que no resuelva nada sin esas conexiones transversales?

-Es cierto que el puente tiene una importancia notable, pero hay que tratar de que los recorridos alternativos se inicien antes, porque cuando se ha llegado a A Pasaxe ya han confluido todos los tráficos procedentes de Oleiros, Sada, Betanzos y Cambre, que tendría que haber sido desviado mucho antes. Las medidas no solo hay que tomarlas ahí, sino también mucho más atrás. Y muchas veces también hay que explicar por qué es mejor que se usen unas infraestructuras u otras, ya que no es tanto una cuestión de tiempo o de distancias, sino de fluidez del tráfico para no concentrarlo solo sobre unas pocas vías. Es cierto que la ampliación del puente de A Pasaxe va a dotar al acceso de una cierta fluidez, pero al final se acaba confluyendo en Alfonso Molina y la avenida de A Pasaxe, a la primera de las cuales también llega el tráfico de la autopista, por lo que se dota de fluidez a un punto, pero la congestión es más adelante.