El Concello acoge con reservas el anuncio hecho esta semana por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de permitir a los ayuntamientos destinar sus superávits de 2017 a "inversiones financieramente sostenibles". Para el alcalde, Xulio Ferreiro, esta medida, que según el ministro será aprobada en breve por decreto ley, "es un avance insuficiente" ya que la vincula a la "incapacidad" del Gobierno estatal de sacar adelante los presupuestos de 2018, aunque manifiesta que cuando entre en vigor A Coruña dedicará el superávit de las cuentas del año pasado a "invertirlo en la calle".

"Centros cívicos, colegios, instalaciones deportivas, mejoras en plazas y calles y alumbrado público". Ferreiro repasó ayer los campos de inversión en los que piensa el Concello en una entrevista en Radio Coruña, en la que recordó que a finales del año pasado el Gobierno local quiso gastar 9,5 millones de euros procedentes del superávit municipal de 2016 en diversas inversiones en la ciudad. Aquella iniciativa se frustró porque el grupo del PSOE no la respaldó en un pleno en el que la sometió a debate a través de una ampliación en el presupuesto, al defender que 4,5 millones de esa cantidad debían ser para reducir la deuda del Concello. El Gobierno aceptó la exigencia socialista para poder destinar al menos cinco millones a obras, como había previsto.

El Gobierno local volverá a necesitar el acuerdo con el PSOE para aprobar en el pleno el destino concreto del superávit de 2017. El portavoz municipal del PSOE, José Manuel García, defendió ayer el gasto en deuda y advirtió al Concello de que las futuras inversiones derivadas del superávit deben "ser útiles para la ciudad" y "no se pueden decidir en solitario". García cuestionó la ejecución del actual presupuesto y censuró al Gobierno local "no tener proyecto" y tener la ciudad "paralizada".

El Ayuntamiento cerró la liquidación de 2016 con 27,5 millones de euros de superávit, dado que los ingresos por tasas e impuestos y por las transferencias de entidades y de otras administraciones (ingresos no financieros) superaron a los gastos en inversiones y obras, mantenimiento de servicios, subvenciones para asociaciones y personal (gastos no financieros). La liquidación de 2017 aún no se ha cerrado y el Estado prevé que en los ayuntamientos gallegos haya más de 480 millones de superávit. Cuando el Concello liquide las cuentas del año pasado sabrá qué cantidad habrá que destinar "a pagar las facturas atrasadas", para invertir "con lo que queda" en mejoras en la ciudad en distintos ámbitos, dijo el alcalde.

La Ley de Estabilidad Presupuestaria establece que el superávit debe servir para reducir el endeudamiento neto de los concellos, aunque una disposición de la norma permite que se utilice para "inversiones sostenibles" con dinero del presupuesto que no se gastó al cierre de un ejercicio. En esto se apoyaba el Gobierno local para ampliar las cuentas en noviembre, entonces con una deuda de 73 millones y tras haber amortizado cinco del pago del crédito pedido en 2012 por el Ejecutivo del PP dentro del Plan de Ajuste. Pero el PSOE, con el que había pactado otros cambios en el presupuesto, se opuso esta vez.

Los socialistas consideraron insuficiente que Marea dedicase solo 537.000 euros a la rebaja de la deuda y tampoco aceptaron que el Gobierno local sumase dos millones a esa cantidad a través de una enmienda en el pleno, por lo que el Concello amplió finalmente las cuentas pero solo con 5 de los 9,5 millones a inversiones. Algunos de esos proyectos en espacios públicos están pendientes de adjudicación, informó ayer el alcalde.