La Xunta llega hasta la vía sancionadora para "instar" a la concesionaria de Nostián, Albada, a cerrar dos de los tres depósitos de rechazos de la planta de residuos, llenos desde hace once años. La resolución del expediente sancionador que Medio Ambiente abrió a la empresa por no haber realizado esta obra, para la que en junio de 2016 dio un año de plazo, recoge la "imposición como medida complementaria" a una sanción de 60.000 euros a Albada para que "proceda a ejecutar el proyecto del sellado del vertedero". Ante esta decisión, el Concello instó a su vez a la Consellería este jueves a cerrar los depósitos de forma subsidiaria, es decir, en lugar de la empresa. Pero la Xunta descarta esta medida.

El departamento que dirige Beatriz Mato alude a las "potestades contractuales" que en su relación con Albada tiene el Ayuntamiento, titular de la planta de Nostián, para indicar que la administración local "puede asegurar la ejecución" del sellado del vertedero. "Independientemente de la obligación del cierre por parte de Albada establecida en la autorización ambiental integrada, el Concello, como titular del vertedero y del servicio público, no puede eximir su responsabilidad sobre el sellado", responde Medio Ambiente.

La concejal María García aludió el jueves a que el objetivo prioritario "por parte de todas las administraciones" es el cierre de los depósitos de Nostián y expresó la "voluntad de colaboración del Gobierno local" tras instar a la Xunta a encargarse de la intervención de forma subsidiaria "si es necesario". Medio Ambiente apela también a la implicación conjunta de las instituciones en este fin, aunque cada una "dentro de sus competencias y responsabilidades".

El problema ambiental causado por el vertedero de rechazos se acentuó en 2007, cuando se llenó el depósito 3, cinco años después que el 2, ambos antes de lo previsto. En 2010 la Xunta aprobó el cierre de las celdas y en 2011 Albada redactó el proyecto de ejecución, según siempre ha alegado, estimado en 3,5 millones de euros.

Pero las obras no se realizaron ni en el Gobierno del PSOE y el BNG ni en el del PP: durante el primero el proyecto fue presupuestado y en el segundo, tras ser pospuesto por la realización de unas auditorías sobre el funcionamiento y las cuentas de la planta de basuras, atrajo una partida inicial de 60.000 euros que no se llegó a aplicar, entre otras razones porque la Xunta no exigió plazos, como sí hizo cuando comenzó a gobernar Marea.

El conflicto por el cierre de los depósitos de la planta de Nostián, que entre los dos suman más de un millón de metros cúbicos de capacidad, se remonta a la concesión de la autorización ambiental integrada en julio de 2015. En uno de los apartados de la resolución Medio Ambiente señaló que en el plazo de un año el Concello, como titular de la instalación -en régimen de concesión-, tenía que ejecutar el proyecto de sellado del vertedero. El Gobierno local recurrió la decisión y la Xunta corrigió la resolución para establecer que, en el mismo plazo, debía ser Albada la responsable de las obras.

La Dirección Xeral de Calidade Ambiental trasladó a la empresa un escrito a mediados del año siguiente en el que le recordó la fecha límite de ejecución del sellado, el 30 de junio de 2017, y que el incumplimiento de la medida "está tipificado como una infracción administrativa", de acuerdo con la ley de prevención y control de la contaminación, lo que podría dar lugar "a la imposición de sanciones".

Esta decisión de la Xunta enfrentó a la empresa con el Concello y llegó a los juzgados. Albada interpuso un recurso contra la resolución y el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia le denegó en noviembre de 2016 la suspensión cautelar de la obra que había pedido y mantuvo un año de plazo para realizar los trabajos, que no cumplió. Su argumento para no iniciarlos es que solicitó "numerosas veces" al Concello que aprobase el proyecto de sellado como requisito previo para empezar la obra, pero no obtuvo respuesta. El Gobierno local replicó que con ese requerimiento Albada pretendía que fuera el Ayuntamiento el encargado de cerrar el vertedero.