Desde 2015, cuando la economía volvió a crear empleo neto, la brecha salarial ha vuelto a aumentar. Sigue 3,2 puntos por debajo del 25,5% que alcanzó en 2008, pero lleva dos años consecutivos creciendo: en 2016, alcanzó el 22,3%.

Este comportamiento era previsible, explica la secretaria de mujeres de la CIG, Margarida Corral: "En esos años no mejoró la situación económica, lo que pasó es que nos igualamos en precariedad con los hombres. Al principio de la crisis se destruyó empleo masculino, lo que redujo la brecha salarial, pero con la aparente recuperación se ha vuelto a incrementar el volumen de empleo y con ello la brecha porque las condiciones de los empleos femeninos siguen siendo peores".

Actualmente, las mujeres gallegas ingresan de media 4.513 euros menos que los hombres, pero hay sectores, como las entidades financieras y aseguradoras, en los que la diferencia sobrepasa los 11.000 euros anuales.

Estas discriminaciones, continúa Corral, se producen en los pluses: los salarios base suelen ser similares, pero estos extras se otorgan usando "criterios discrecionales".