La coruñesa Teresa Martínez Cancelo logró lo que nadie había hecho antes: fue la primera árbitra de una competición nacional de hockey en el mundo y también la primera en impartir justicia en torneos internacionales. "Estuve muchos años siendo la única", reflexiona.

Pionera en un mundo de hombres, Teresa tuvo que enfrentarse al machismo del deporte. "Hubo compañeros que no quisieron pitar partidos conmigo" y "dirigentes que por ser mujer me dejaban de lado". Incluso le negaron "ir a un campeonato del mundo por ser mujer".

El apoyo de la Federación Gallega y, sobre todo, su buen hacer en las pistas bastó para ir derribando estereotipos hasta alcanzar la cima del arbitraje. "Cuando empecé no había mujeres entrenando ni vinculadas al hockey. El hockey eran hombres, hombres y hombres".

Hoy la situación ha mejorado. Hay campeonatos femeninos y más chicas practicando este deporte, pero dista mucho de ser una situación normalizada. De los treinta árbitros que pitan partidos de hockey en Galicia solo hay dos mujeres. Hasta hace cinco años, en competiciones internacionales no hubo otra mujer impartiendo justicia. "Ojalá fuese exclusivamente en el deporte. Es un problema de la sociedad en general", subraya la árbitra coruñesa.

El deporte es solo un reflejo de lo que ocurre en otros ámbitos de la vida. En la empresa y en las instituciones hay siempre menos mujeres en puestos de responsabilidad. "No creo que no haya más mujeres válidas, pero se les coarta", asegura Teresa Martínez.

El origen, común, de esta problemática está en la educación. "Tomas cualquier deporte y de pequeños la cifra es más o menos similar, pero llega una edad en la que hay menos mujeres practicando". La solución es, por tanto, también común. Fomentar el deporte femenino como herramienta para lograr normalizar el papel de la mujer en la sociedad.