El de Alicia Fariña no fue un sueño de infancia. "De pequeña quería pilotar aviones". Después pensó en estudiar Arquitectura, pero la vida le tenía reservada otro camino. "Me metí en máquinas navales por mi madre, porque me dijo que me apuntara a algo de ciencias para no perder un año". Al contrario de lo que le pasa a muchos estudiantes, a Alicia le convenció lo que se encontró en la Escuela Técnica. Lo que le enseñaban y las perspectivas laborales. "A mí siempre me gustó el tema de abrir un aparato y ver lo que tiene dentro. Al final, en vez de cambiarme de carrera, me quedé". No le fue mal. Al terminar sus estudios le apareció una oportunidad laboral en el servicio técnico de maquinaria sanitaria. Lleva más de diez años con su caja de herramientas a cuestas, reparando equipos en nosocomios de Galicia, Asturias y León.

"En todo este tiempo no me he encontrado a ninguna otra mujer que realice un trabajo como el mío", subraya Alicia. Es, sobre todo, "un tema de educación": "Hay cosas que la sociedad no ve como una alternativa para las mujeres. Si te gustan las ciencias, te dicen que estudies una ingeniería porque vas a estar en una oficina. A nadie se le ocurre decirle a una mujer que vaya a ganarse la vida reparando máquinas".

Transformar esta realidad es un trabajo a largo plazo, "es un tema educacional que hay que ir cambiando", insiste esta joven coruñesa. Para ello, es necesario incorporar más referentes femeninos al sector. Hacer entender a la sociedad que "da igual que yo sea hombre o mujer, lo importante es que puedo hacer el trabajo".

Hasta ahora, son los hombres los que ocupan el primer plano. Son la inmensa mayoría en la Escuela Técnica y también en el desempeño profesional. Casos como el de Alicia siguen siendo una excepción. El reto es que dejen de serlo. "Me haría ilusión animar a alguna chica que se haya planteado esta profesión a que lo haga". Por ahora, intenta transmitir las oportunidades que ofrece su sector a quien le pregunta.

Un empleo como técnico para laboratorio puede que no sea lo primero con lo que sueñan muchas mujeres, pero es una buena oportunidad. Tiene buena salida laboral y menos problemas de brecha salarial que otros sectores. "En mi empresa todos cobramos lo mismo. Ahora que hay más movimiento me han subido el sueldo como al resto. Nunca noté que me trataran distinto ni que me preguntaran si quería tener hijos o algo así", sentencia Alicia Fariña.

Ella es consciente de que no en todos los empleos es así. Que hay motivos más que suficientes para la huelga del próximo día 8.