La imposibilidad de alcanzar un acuerdo con los okupas que permanecen en la antigua Comandancia de ObrasComandancia de Obras desde noviembre de 2016 pese a los numerosos intentos de negociación efectuados llevó ayer al Gobierno local a aprobar el inicio del expediente para recuperar el control del recinto. El concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, explicó que se decidió poner fin a la okupación "porque las vías de diálogo no estaban siendo fructíferos", aunque manifestó que no pierde la esperanza de que el local sea desalojado de forma voluntaria en los próximos días.

Varela cree además que "a medida que pasen los días se irán sumando a este proceso", en referencia a la iniciativa para que la ciudadanía proponga fórmulas de gestión para el espacio de ocio juvenil denominado Naves do Metrosidero.

Tras la apertura del expediente para devolver el recinto a manos municipales, esta decisión debe ser notificada a los ocupantes, aunque si se niegan a recibirla, el procedimiento podría demorarse. Si optan por darse por enterados de la decisión del Gobierno local, dispondrán de un plazo de diez días para presentar alegaciones y, una vez resueltas y si es con el resultado de desestimación, los okupas tendrán un máximo de ocho días para abandonar el antiguo complejo militar sin necesidad de la intervención de un juzgado por tratarse de una propiedad pública.

El Ejecutivo municipal había rehusado en el pasado iniciar acciones contra los okupas porque la Comandancia de Obras era propiedad del Ministerio de Defensa y entendía que debía ser este organismo el que tomara las medidas necesarias. Una resolución judicial en respuesta a una denuncia de Defensa contra los okupas responsabilizó tanto al ministerio como al Concello de tolerar la permanencia de los mismos. Tras conseguir el Gobierno local el pasado 22 de enero que tanto la Comandancia como otras antiguas propiedades militares pasaran a manos municipales, considera que es ahora cuando debe tomar las decisiones necesarias para recuperar los edificios.

La reunión realizada el pasado martes en el centro cívico de la Ciudad Vieja para abrir el proceso participativo que defina el modelo de gestión de las Naves do Metrosidero fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del Gobierno local. Un sector de los okupas decidió acudir al encuentro, pero otro lo rechazó y se concentró con pancartas en la entrada. Para Xiao Varela, la actitud mostrada por este grupo "no ayudó" y que el Gobierno local vio que "tenía que actuar".

Negociación

El edil explicó que la decisión de ordenar el desalojo se tomó después de meses de intentar la negociación con los okupas "de todas las maneras posibles", incluso con la participación de concejales en las asambleas que se celebran de forma periódica en las instalaciones. También puso de relieve que el Gobierno local no exige a los okupas que se "marchen de forma indefinida", sino que permitan que el Ministerio de Fomento rehabilite los edificios y que posteriormente los usen como el resto de jóvenes coruñeses a los que irán destinados.

"Creemos que a medida que vayan pasando los días, se irán sumando a este proceso", declaró Varela en relación con quienes se niegan a abandonar el complejo, a lo que añadió que el Gobierno local hará todo lo posible para conseguirlo. Para el concejal las Naves do Metrosidero son un "equipamiento clave" para proporcionar una alternativa de ocio a los jóvenes, entre los que incluyó a los que participan en el botellón y a los actuales okupas, además de un elemento de revitalización de la Ciudad Vieja.