El Defensor del Pueblo considera que la muerte del niño de once años que presuntamente fue asesinado por su padre a golpes en A Coruña en mayo de 2017 se pudo haber "evitado". El organismo abrió una investigación de oficio sobre el caso y opina que "fortaleciendo la comunicación entre los distintos organismos con competencias" se podría haber "evitado". La institución que dirige en funciones Francisco Fernández Marugán destaca que el presunto parricida, "al parecer", contaba con antecedentes psiquiátricos y que tuvo vigente, entre 2008 y 2013, una orden de alejamiento de la madre del menor para "protegerla". La mujer volvió a presentar otra denuncia en 2013 por amenazas recibidas a través de redes sociales.

"La unidad contra la violencia sobre la mujer de la provincia de A Coruña cumplimentó la ficha correspondiente al menor sin que se apreciara la existencia de algún tipo de riesgo para el menor de edad que finalmente fue asesinado", indica la institución en su informe de actuaciones de 2017, en el que remarca que "estas situaciones se podrían evitar fortaleciendo la comunicación entre los distintos organismos".

El Defensor especifica que el asunto sigue "en trámite". De hecho, ha solicitado a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género que amplíe la documentación remitida sobre "la posibilidad de impartir las instrucciones correspondientes para que los puntos de encuentro familiar comuniquen cualquier riesgo, tanto a las unidades contra la violencia sobre la mujer como a los juzgados y a la Fiscalía". El expediente para investigar la muerte del niño se inició ante la Dirección General de la Policía y la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, con el objetivo de "conocer las actuaciones realizadas por los organismos competentes para la prevención y protección del menor presuntamente asesinado".

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer instruye el caso. La magistrada que estaba de guardia cuando sucedieron los hechos se inhibió a favor de la unidad especializada tras concluir que el arrestado mató a su hijo para dañar a su exesposa. El vecino de Labañou sospechoso de asesinar al menor propinándole fuertes golpes en la cabeza con un objeto contundente, M.J.M.M., se negó a declarar en sede judicial. Desde entonces, permanece en prisión provisional como investigado -figura judicial que sustituye a la de imputado- por cometer un delito de asesinato u homicidio y otro contra la integridad física/moral en relación a la madre.

El procesado, nacido en 1974, llevó supuestamente al niño el Día de la Madre a un bosque de eucaliptos de la parroquia de Rodeiro, en el municipio de Oza-Cesuras, donde le asestó golpes en la cabeza con un objeto contundente -una herramienta o una piedra- hasta matarlo, según los investigadores. Junto al cadáver, hallado el lunes por la noche en el monte, fue localizada una pala.

La madre del niño, quien se personó en el caso como acusación particular, había denunciado ante la Policía Nacional el domingo por la noche que su exmarido no le había entregado al menor, en contra de lo que estaba estipulado en el régimen de visitas tras la separación de la pareja. Después de la alerta de la madre, los agentes comenzaron la búsqueda del padre, que fue hallado en un hostal de San Roque, en A Coruña. Su coche estaba estacionado muy cerca, en la calle Almirante Cadarso, y fue trasladado a dependencias del 091 para ser analizado por la Policía Judicial y Científica.

El sospechoso había sido denunciado por su exmujer en 2008 y en 2013. En el primer caso fue sentenciado por un delito de coacciones. En el segundo, fue investigado como presunto autor de un delito de amenazas a través de las redes sociales, pero el caso fue sobreseído al no ser posible acreditar quién cometió los hechos. Los forenses concluyeron en uno de sus informes que el presunto parricida es un "psicótico", una circunstancia que no le impidió saber lo que hacía cuando presuntamente asesinó a su hijo a golpes. La defensa argumenta que el día de los hechos había abandonado la medicación y bebido alcohol.