La primera vez que Sharif se enfrentó a la grabación de una de sus letras tenía catorce años. "Eran versos muy mediocres, fue un pequeño coqueteo con la escritura", recuerda el rapero, con ya más de dos décadas de carrera musical a sus espaldas. Desde ese primer tema, grabado en su Zaragoza natal con la formación original Fuck Tha Posse, la mecha del músico no ha parado de arder. Un puñado de maquetas, un poemario - Lo vívido vivido- y tres álbumes en solitario componen la lista de los logros conquistados, a los que el artista suma ahora su cuarto trabajo discográfico: Acariciado mundo.

"En este disco, las letras que me gusta mimar están envueltas en ritmos más actuales. La música urbana está evolucionando, pero he intentado respetar la raíz de lo que representa el rap", explica el compositor, que presentará mañana sus canciones con un concierto en el Playa Club. A partir de las 23.00 horas, el zaragozano se hará con el escenario a través de "un show totalmente nuevo", en el que hablará de "amor y desamor". También la "denuncia" estará presente, una labor que considera intrínseca a los orígenes del hip hop. "El rap debe ser la voz del más débil. Su escritura es un modo de entenderse a uno mismo, y también un espejo que muestra las cosas bellas del mundo y todo lo que está mal en él", comenta.

La desigualdad entre hombres y mujeres, la emigración y los tejemanejes de la política son algunos de los temas que le preocupan. "Tengo 38 años, y me gustaría empezar a tener fe en los políticos", admite Sharif, que no se cansa de llevar a sus partituras las "injusticias que están a flor de piel" y que "nunca hay que dejar" de denunciar, "aunque sea difícil cambiarlas".

Su modo de hacerlo, dice, es con la poesía. El artista confiesa que es "de los que se pelean con la composición" de sus canciones, luchando por arrancarle a las páginas algún verso que retrate el mundo que ahora acaricia. "Un tema solo se acaba cuando lo grabo. Es un proceso lento, en lugar de escribir suelo tachar", bromea el músico, que ha encontrado en el rap "a una familia" fuera de su familia.

Algunos de los miembros que la integran han trabajado con él en este cuarto proyecto. Acariciado mundo cuenta con Miguel Campello, Maka, Natos, Suite Soprano, Jor.G y Aldo como colaboradores, seis voces alejadas de su estilo con las que el músico ha incorporado el flamenco, los sonidos latinoamericanos y la esencia de la nueva escuela a su siempre explosivo cóctel de poesía lírica.