El marcador de las previsiones inmobiliarias del plan general está prácticamente a cero a pocos meses de que su entrada en vigor cumpla cinco años. Hay pocas señales de vida de los promotores de los futuros grandes ámbitos de desarrollo, tanto de los empresariales como de los residenciales. Y las que hay aún no han dado frutos. La junta de gobierno declara hoy caducado el desarrollo de As Rañas, con zona terciaria y espacios libres, por errores en el proyecto, regresando así a la casilla de salida. Por razones diferentes, también tendrán que reiniciarse As Percebeiras y el Monte Alfeirán. Otros, la mayoría, ni siquiera han iniciado el camino. Solo el 15% de la superficie que suman los desarrollos reservados mayoritariamente para usos residenciales ha sido impulsada por los propietarios de su suelo, los que tienen potestad para ponerlos en marcha.

Los 16 grandes polígonos previstos, cuyo uso principal es el residencial y todos de iniciativa privada, suman 3,72 millones de metros cuadrados. Son las necesidades de vivienda que se planificaron desde el Palacio de María Pita y que pasaron por tres gobiernos, desde la aprobación inicial del PGOM en 2009 a la versión definitiva de 2013. Una estimación que, de momento, parece excesivamente optimista, con movimientos muy tímidos de los promotores tras la gran crisis del ladrillo en España.

Es San Pedro de Visma, después de años de tramitación y ni un solo edificio construido, el que va más avanzado. Su plan parcial fue aprobado en 2002 y fue modificado en 2005 y 2008, aunque la evaluación ambiental no se iniciaría hasta 2013 para buscar una solución para la Fuente de los Frailes avalada por Patrimonio. Medio Ambiente dio, en junio de 2017, vía libre a la construcción de viales, aparcamientos, zonas verdes y servicios en el ámbito, que es el mayor del municipio, con 358.548 metros cuadrados, con 172.663 urbanizables. Ahora es el Concello el que debe dar el visto bueno a su inicio, por lo que hay que negociar. Todo es un proceso complejo, señalan fuentes inmobiliarias, dado el gran número de propietarios con derechos en el sector.

Del resto, nada de nada. Hay dos tramitaciones frustradas, a las que se suma la reciente caducidad de As Rañas, que tiene como uso característico el empresarial y no residencial, como el resto. El Concello también declaró en septiembre expirado el plan para edificar en As Percebeiras (Plan especial de Labañou). Los promotores, que pretendían construir 403 viviendas en torres de hasta 16 plantas, no presentaron una nueva propuesta después de que la Xunta les ordenase rebajar las alturas de los edificios proyectados próximos al litoral. Debe retomar el proceso desde el inicio, al igual que los impulsores del ámbito del Monte Alfeirán. Son, con Visma, los únicos en los que se ha intentado salir adelante. Los tres solo suponen el 15% del total de superficie de estos grandes ámbitos residenciales.

Nada se sabe de Penamoa y O Portiño, afectados ambos por el cinturón de protección de la refinería impuesto por la Xunta que restringe la construcción. Ni de los planes para el cinturón rural. Nada que decir tampoco del Puerto, con 4.000 viviendas previstas y atrapado entre luchas políticas.