El proyecto inmobiliario conocido como As Percebeiras, que se desarrolla a través del Plan Especial de Labañou, entra en una nueva fase con el establecimiento de negociaciones entre el Concello y los propietarios del suelo con el fin de obtener un diseño que sea aceptado tanto por los técnicos municipales como de la Xunta. El Gobierno local señala que con estas conversaciones pretende conseguir un desarrollo urbanístico "de mayor calidad", así como con "un menor impacto volumétrico".

La propuesta inicial de los promotores, que pretendía la construcción de 403 viviendas en torres de hasta 16 plantas, fue rechazada el 9 de marzo de 2017 por la Consellería de Medio Ambiente al considerar que los edificios incumplían la normativa del plan general, que fija en 8 el límite de alturas en este polígono, salvo que se justifique de forma adecuada la necesidad de superarlo. El Ayuntamiento también concluyó que la propuesta de alturas vulnera el plan general.

El arquitecto autor del proyecto, Manuel Gallego Jorreto, atribuyó el diseño planteado a la búsqueda de la concentración de la edificabilidad en altura para evitar que los inmuebles formasen una pantalla que evitase la contemplación del mar y destacó que la normativa urbanística de la ciudad concede a estos terrenos una elevada densidad para edificar.

El Concello comunicó a los empresarios el dictamen negativo de la Xunta el 26 de abril y le dio un plazo de tres meses para presentar un nuevo proyecto en el que se redujera la altura de los inmuebles proyectados. Pero el 15 de junio los promotores pidieron una prórroga de 45 días que justificaron por la complejidad del proyecto y que fue aprobada por silencio administrativo. Este nuevo plazo también se agotó sin que se presentara el plan, aunque el 22 de septiembre los promotores informaron al Concello de "importantes cambios de titularidad de terrenos" y que su objetivo era presentar un nuevo proyecto, aunque sin concretar la fecha.

El Gobierno local no admitió estas explicaciones y el 6 de octubre aprobó la declaración de caducidad del Plan Especial de Labañou, que ahora es objeto de negociación entre ambas partes con la finalidad de que "mejore todo lo posible", según fuentes municipales, que recuerdan que cuando Marea Atlántica obtuvo la Alcaldía, la tramitación de esta iniciativa estaba ya muy avanzada. También se destaca que la propuesta presentada suponía un "desarrollo muy denso y con un impacto visual y paisajístico muy importante para la ciudad.

El cambio en la propiedad del suelo al que se refirieron los promotores fue la adquisición por el fondo de inversión Blackstone del 51% de los activos inmobiliarios que poseía el Banco Popular a través de la empresa Aliseda, ya que el Santander decidió desvincularse de ellos al adquirir la entidad financiera. La sede de Aliseda figuraba hasta entonces como el domicilio social de la comisión gestora del polígono, que ahora busca con el Concello una salida al bloqueo del proyecto.

El plan cuya modificación se negocia fue presentado en 2014 y es el segundo elaborado para el polígono, ya que los promotores hicieron público otro en 2002 que incluía una torre de 47 plantas y otra de 35, además de otros tres edificios de 10 pisos. La polémica generada por esta iniciativa hizo que el Gobierno local de la época la rechazara, por lo que pasaron doce años hasta que se planteó una nueva. Pero antes de que se hiciera, el Ejecutivo municipal del Partido Popular cambió el documento inicial del plan general para conceder un 20% más de edificabilidad a los terrenos y limitar las alturas a 8 plantas, aunque con la posibilidad de aumentarlas.

Eso llevó a los promotores a impulsar un proyecto con tres edificios de 16 plantas y otros tres de 13, 11 y 9 pisos, además de otros de menor tamaño. La documentación definitiva se presentó en febrero de 2016, ya con Marea Atlántica en el Gobierno local, pero los empresarios se vieron obligados a elaborar una Evaluación Ambiental Estratégica por la entrada en vigor de la nueva ley del suelo de Galicia, cuyo resultado fue negativo.