La Fiscalía pide 16 años de cárcel para la acusada de provocar al menos once incendios forestales en Cerceda en el verano de 2016 prendiendo fuego con mecheros, papeles y velas aromáticas. La mujer, vecina de este municipio, es sospechosa de haber provocado quince fuegos. La Fiscalía considera probada su participación en once de esos quince incendios detectados. El juicio se celebrará el martes en la Audiencia Provincial.

Según el escrito de acusación, desde mediados del mes de julio y hasta el 12 de agosto de 2016 se registraron en Cerceda una serie de incendios que afectaron a "un radio de aproximadamente tres kilómetros" y que se producían "siempre en las mismas franjas horarias, a primera hora de la mañana o a primera hora de la tarde".

La Guardia Civil centró sus sospechas en la acusada, quien realizaba desplazamientos en coche diariamente por la zona donde se registraron los fuegos. En la investigación, se constató que la mujer provocó hasta once incendios. En concreto, en el escrito de la Fiscalía, se indican dos focos de pequeño tamaño originados en la zona de Portofranco el 12 de agosto de 2016, sobre las siete, que se registraron con pocos minutos de diferencia y separados por 140 metros. Un vecino de la aldea vio las columnas de humo y apagó los fuegos.

También el mismo día, la Fiscalía considera probado que la acusada se desplazó hasta las proximidades de una nave propiedad del Concello de Cerceda y dejó allí una vela encendida junto a un pinar. Fue un empleado municipal el que sofocó el incendio.

Según el escrito de acusación, la mujer se desplazó después hasta la villa deportiva Fernando González Laxe donde "plantó fuego" en seis parcelas utilizando las velas aromáticas. Estos fuegos quemaron casi 5.000 metros cuadrados de arbolado y fue necesaria la intervención de servicios de extinción de la Xunta.

En el momento de la detención, la Guardia Civil localizó en su poder cinco velas aromáticas, además de cerillas, papel y nueve mecheros. El Ministerio público considera a la acusada responsable de un delito continuado de incendio forestal con peligro para la integridad física de las personas, por lo que pide una pena de 16 años de prisión. Si no se considera acreditada el riesgo para las personas, reclama una pena de seis años.