Dos años de cárcel y el pago de una multa de 360 euros. Esa es la pena que aceptó cada uno de los tres condenados por un delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros en concurso con otro de explotación de la prostitución con consentimiento de la víctima. Además, entre todos deberán indemnizar a la afectada con 2.000 euros. Los sospechosos reconocieron que ayudaron a la mujer a entrar en España facilitándole una carta de invitación y pagándole el billete de avión. Una vez en A Coruña, la víctima se alojó en el piso de los imputados, situado en la avenida de San Cristóbal, con los que había acordado pagarles el billete de avión ejerciendo la prostitución. Los sospechosos, sin embargo, le exigían el 50% de las ganancias que obtenía con esa actividad y la controlaban, pues le hicieron fotografías para publicitar sus servicios y se ocupaban de atender las llamadas y mensajes de los clientes.