Atropelló a una mujer el 12 de octubre de 2013 en la glorieta de Cuatro Caminos y, cuando llegó la Policía Local, se escabulló y corrió a un bar. Allí pidió que le sirviesen dos consumiciones con alcohol y que le entregasen el ticket. Con el documento de pago pretendía justificar que no estaba ebrio cuando arrolló a la víctima, pues, según su versión, el alcohol lo consumió después. La treta no ha librado al conductor de ser sentenciado. De hecho, se declaró culpable ante el juez de Penal 2 y aceptó ser condenado a pagar una multa de 1.200 euros como autor de un delito de conducción bajo los efectos del alcohol en concurso con una falta de lesiones imprudentes. Además, le impuso la privación del derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotores durante un año.

El procesado admitió que sobre las 17.00 horas del 12 del 10 de 2013, circulaba por la avenida de Oza tras haber consumido alcohol, lo que disminuía “de forma apreciable” sus facultades “de atención y reflejos” y la capacidad “para el control y manejo de los mandos del vehículo”

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Tras adentrarse en la glorieta de Cuatro Caminos, no advirtió la presencia de una mujer en el paso peatonal situado en la confluencia de la calle Enrique Hervada y la atropelló cuando ya había caminado una tercera parte de la zona habilitada para peatones.

Cuando llegaron los agentes de la Policía Local comprobaron que el conductor tenía “evidentes síntomas de embriaguez”, tales como “mirada apagada, aspecto pálido y dinámico, tener que repetirle las indicaciones, comportamiento desinhibido y lentitud de movimientos”.

Tras iniciarse la actuación del 092, se dirigió a una cafetería “para consumir alcohol y alegar que la ingesta era posterior al accidente o impedir la exacta determinación de la tasa de alcohol”. Al realizarle las pruebas, cuadruplicó la medida permitida, pues arrojó un resultado de 0,97.