"La madre de todas las vacunas". Así define a Isabel Zendal, "aunque parezca una animalada", el escritor y periodista Antonio López Mariño, quien hace casi veinte años comenzó a investigar los orígenes y la historia de esta enfermera de Ordes que en 1803 viajó con 22 niños expósitos a los que se les inoculó el virus de la viruela para que la vacuna llegara a América. Aquella fue la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de Francisco Xavier Balmis, recordada y representada ayer en una jornada de homenaje a la heroína coruñesa. Una placa para corregir el nombre de una calle en la Ciudad Vieja y una breve función teatral en el Rectorado consolidaron la memoria de Zendal, largo tiempo atrapada en el olvido.

López Mariño fue uno de los invitados, junto a cargos públicos municipales y responsables de instituciones y colectivos sociales, al acto de descubrimiento de la placa de Isabel Zendal Gómez donde hasta ahora Isabel López Gandalla daba nombre a una calle del casco histórico próxima a los jardines de A Maestranza. "Este gesto cumple una función de recuerdo, de justicia y de proclama de valores como la igualdad y el reconocimiento a mujeres excepcionales", comentó el alcalde, Xulio Ferreiro.

"De ellas, como pasó con Zendal, no podemos decir que fueron olvidadas porque nunca hubo intención de recordarlas", añadió el alcalde para enfatizar la relevancia de su presencia en la expedición de Balmis. "Su papel fue fundamental para que el mundo entendiera que el método perfecto de inmunización es infectar preventivamente, estando sano, del mismo mal que se quiere combatir. Y los niños con los que viajó Zendal fueron la vacuna viva, activa y fresca. Sin ellos no hay vacuna ni expedición", resaltó López Mariño, que recordó que Zendal fue la directora del Hospital de la Caridad de A Coruña.

Tres de los 26 alumnos del Centro de Educación Infantil y Primaria Labarta Pose de Baio que en ese momento representaban un fragmento de la obra Isabel Zendal e os nenos da varíola en el Rectorado intervinieron en el acto en la calle. Con vestuario y maquillaje, metidos en sus personajes de Isabel Zendal, su hijo Benito y del médico Antonio Posse Roybanes, los jóvenes actores ensalzaron cada uno la participación de Zendal en la histórica expedición, que, como recalcaron, la convirtieron en "la primera enfermera de la sanidad pública" y que hoy da nombre a una asociación local.

La pieza teatral provocó la ovación y los aplausos del centenar de asistentes en el Paraninfo, quienes hicieron ponerse en pie y salir al improvisado escenario al propio Antonio López Mariño. Los alumnos de Baio fueron invitados por la escuela de Magisterio y el instituto Zalaeta, que estos días organizan y participan en acciones didácticas en la ciudad a través de visitas a lugares como la Casa Cornide, As Bárbaras, el Museo Militar o la casa de Teresa Herrera para contribuir a reivindicar la figura de Isabel Zendal.