Cada arte entrega premios de diferente categoría a sus mejores exponentes. Los de mayor prestigio suelen ser el sueño más grande al que aspiran los artistas y por su magnitud y tradición tienden a ser a menudo equiparados a los Óscar de Hollywood, el mayor reconocimiento de la industria (y el arte) del cine. Los llamados Óscar de la fotografía, el concurso anual más importante del mundo, son los Trierenberg Super Circuit, que en 2018 premiarán a un coruñés, Julio Castro Pardo, con una medalla de oro en el apartado de fotografía de montaña por una de sus imágenes.

Un foco de luz verde atrae la mirada en la foto captada por el fotógrafo coruñés en el lago Moraine, en la provincia canadiense de Alberta. La imagen, un relajante paisaje montañoso con una solitaria tienda de campaña verde iluminada en su interior por un luz blanca en primer término, la congeló con su cámara en un anochecer de comienzos de octubre del año pasado durante un largo viaje de un mes y más de 15.000 kilómetros que hizo con su pareja por la costa Oeste de Estados Unidos y Canadá, con paradas en no pocos parques naturales.

Aquel día, acompañado también de otras personas, llegó a través de estrechos caminos que en los inviernos cortan el paso a una orilla de este lago de aguas turquesas "en donde no se puede acampar y donde la gente parece que solo hace fotos de día, no de noche". La luna miraba a la naturaleza desde detrás de las montañas, el cielo lucía estrellas, y Julio Castro congeló el instante con el adorno de una tienda instalada en un momento para obtener una imagen especial. Apenas le dio retoques después: "Los tonos, un poco de detalle y el balance del color".

Escogió la foto, titulada Habitación con vistas, para competir en el circuito Trierenberg para imágenes procesadas, al que el año anterior había enviado otra imagen que los organizadores publicaron en su libro anual, en el mirador de la Virxe do Faro en Corme. El próximo mes de octubre no faltará a la gala de premios que se celebrará en Austria, con cinco medallas de oro en sus numerosas categorías, una de ellas para Julio Castro. No será el único español, amigos suyos de León, Toledo y Asturias también tendrán máximo premio.

"Solo llevo dos años y medio dedicado a la fotografía profesional y puedo decir que este es el gran premio con el que soñaba, que es lo máximo en photo art", confiesa este farmacéutico y comerciante amante de los viajes, del senderismo y de las imágenes fotográficas. A finales de 2017 otra foto suya, de una espectacular tormenta en el pueblo italiano de Manarola, en la costa de Cinque Terre, fue seleccionada entre las 50 mejores paisajísticas o ambientales del también prestigioso certamen Pano Epson Awards. Ahora le espera una foto digna de Óscar.