El edificio de la sede de la Real Academia Galega, que comparte dependencias con la casa-museo Emilia Pardo Bazán, sufrirá su primer reforma en quince años. El proyecto de la empresa Moure y Pascual, representada por el arquitecto gallego Gonzalo Moure, ha sido el elegido por el Ministerio de Fomento para definir las obras de rehabilitación. "Cuando actúas en un entorno de patrimonio, básicamente lo que hay que hacer es entender lo que hay alrededor y valorarlo", comenta Gonzalo Moure, nacido en Tui pero que actualmente vive en Madrid.

"La tierra tira", asegura, y por eso el arquitecto ha querido formar parte de esta reforma. Su proyecto Umbral, entreluces y el cielo fue el mejor valorado de las ocho propuestas recibidas. "La cubierta es el elemento que está más deteriorado. Haremos una intervención pero sin que lo parezca, con mucho silencio", revela. En su plan, propone instalar una estructura blanca que devuelva la "luminosidad" al edificio. "La luz es muy importante", reconoce Moure, para quien "el cielo" es un elemento clave en todos sus trabajos.

Las diferentes plantas del inmueble, sede de la Real Academia Galega, estarán conectadas por un patio. "Con esto se busca la luz pero sin empezar de cero. Solo vamos a retocar mínimamente lo que ya hay", apunta. El arquitecto entiende que este aspecto favorece a "trabajadores, investigadores y visitantes". "Hay una frase que tengo interiorizada y es que un hombre tiene que ver el cielo porque si lo ve, esté nublado o no, su vida es mejor. Así de sencillo", resume. Ese es el lema que ha seguido para diseñar la nueva cubierta del edificio ubicado en el número 11 de la calle Tabernas.

Otro de los elementos clave de la reforma es el pavimento. "Vamos a prolongar el granito tan propio de la Ciudad Vieja para introducirlo en el edificio y que conecte Tabernas y Parrote. Como si hubiese una transparencia entre las dos calles", explica el arquitecto.

El objetivo de Moure y Pascual es "hacer mucho con poco" para mantener la esencia de las dependencias de la casa-museo Emilia Pardo Bazán. "Aunque cambiarán los materiales, cuando pase un tiempo será como si no hubiese pasado nada. Quiero que si te fijas, descubras que algo ha cambiado pero a distancia larga no tanto", detalla, y añade que es una obra "con un cierto anonimato". "Debe haber una armonía", dice.

Por eso ha planteado un proyecto "muy tranquilo y respetuoso" para el que Fomento destina 1,6 millones hasta 2020. En la planta baja se encontrará la sede de la Real Academia Galega mientras que el primer piso está dedicado a Emilia Pardo Bazán. El resto del inmueble estará ocupado por despachos y zonas para investigadores. "Las dependencias darán al patio, que será más luminoso", apunta Moure.

Tras la rehabilitación, el edificio contará con dos accesos, uno por la calle Tabernas -para acceder al salón de actos- y el otro por la calle Parrote -que conectará con la biblioteca y el resto de dependencias-, lo que permite una "flexibilidad de uso". "Habrá, además, una escalera que va subiendo hacia la sala de investigación y mirará hacia la iglesia de Santiago", detalla.

Umbral, entreluces y el cielo fue elegido por el jurado de un total de ocho propuestas. Entre las razones, destaca que el proyecto de Moure y Pascual "genera nuevas posibilidades funcionales" al inmueble. Además, la propuesta es "coherente con la riqueza espacial".