La Mesa de Alcaldes del Área Metropolitana se ha reunido esta semana con Antonio Baimón, alcalde de Cornellá y vicepresidente del Área Metropolitana de Barcelona, para aprovechar la experiencia de esa entidad en el proceso de creación del organismo comarcal coruñés. Los treinta años de trayectoria y los vaivenes sufridos por la institución barcelonesa llevan a Baimón a aconsejar que en A Coruña se comience con la gestión en común de una materia concreta, como el transporte.

- ¿Es la creación de una área metropolitana siempre tan dificultosa como en A Coruña?

-En Barcelona fue compleja, y tanto que se tomó la decisión de eliminar la Corporación Metropolitana y sustituirla por la Mancomunidad de Municipios para intentar acabar con este proyecto. Pero es verdad que con el tiempo la fuerza de las realidades humanas y físicas han ido demostrando la necesidad de esta administración. La aproximación de las fuerzas políticas que estaban más distanciadas de este proyecto y su implicación en un momento singular fue además muy importante, por lo que al final la ley de creación del área metropolitana se aprobó por unanimidad de todos los grupos parlamentarios.

- ¿Cómo se consiguió la implicación de quienes eran remisos?

-Con confianza. Es una administración que hay que intentar alejar de la confrontación partidista, pero no de la deliberación política. Se puede caer en los tópicos de que es un contrapoder y de la pérdida de poder de unos municipios, pero esos tópicos en la práctica son inexistentes, por lo que hay que rebajar ese contenido partidista y aumentar el nivel institucional, el de trabajo, el de proyecto, de redistribución de recursos y de tratar sin ningún matiz las realidades humanas y no las realidades electorales de cada municipio. No es fácil porque eso nos ha llevado casi tres décadas y pasando por múltiples experiencias, pero esa singularidad hoy en día es necesaria, ya que nuestros territorios tienen dimensiones superiores a las marcas físicas que fija el mapa y es necesario tener una plataforma que permita actuar sobre ellos. En A Coruña existen diferentes experiencias y creo que son unos buenos embriones para generar esa confianza y un espacio que no sea de confrontación.

- ¿Pero no es difícil alcanzar la confianza cuando hay una confrontación política tan intensa?

-Eso se debe muchas veces a situaciones singulares en las que alguien piensa que eso se puede utilizar para una finalidad distinta. Es un error, porque lo que hace una área metropolitana es aumentar el peso de las competencias locales y, por lo tanto, la obligación de las personas que están al frente de ellas no es contraponerse a otra administración, ya que hay una defensa de los intereses comunes y la nueva administración que se crea y tiene un peso específico más relevante lo que busca son espacios de acuerdo. Buscar espacios de colisión es fácil, pero los gobernantes están para buscar acuerdos. Y además, el espacio electoral de los alcaldes está en sus municipios, no en el área metropolitana, que lo que hace es colaborar con ellos y hacerles más fuertes en la gestión de los servicios que rompen la estructura local, como el del agua, el tratamiento de los residuos, el transporte, que superan el ámbito físico de un municipio y se comparten con otras realidades que se producen en otras ciudades.

- Los socialistas han apostado por iniciar la construcción del área metropolitana por la gestión del transporte. ¿Es adecuado?

-Es positivo porque la única forma de romper los tópicos y las dudas que pueda haber es gestionar realidades concretas, y la del transporte lo es. Es evidente que la movilidad pública no podrá sustituir a la privada, pero probablemente la podrá disminuir en algunos trayectos. Apostar por esa movilidad pública creo es un buen inicio, tanto en la planificación como en afrontar el coste de esa gestión, que es bastante cara y solo se puede hacer para perfeccionarla con una amplia mirada.

- Al ser una de las áreas de gestión más visibles, ¿cree que puede contribuir a formar una imagen del área metropolitana?

-Lo que sobre todo debe ver el ciudadano es la valoración del servicio. Es evidente que la suma de muchas fuerzas mejora la calidad del servicio y si el ciudadano identifica que mediante el ayuntamiento, el consorcio o el área metropolitana se oferta un servicio bien valorado, eso quiere decir que se está haciendo una gran gestión, que es para lo que nos ponemos de acuerdo, no para tener un cargo más ni para generar una administración nueva.

- ¿Es importante para su funcionamiento el diseño del órgano de gestión metropolitana?

-Es importante hacer convivir los niveles político e institucional, aunque yo siempre defiendo más el fortalecimiento del segundo porque la gobernanza se establece a través de la representación política, aunque esta no quiere decir sectarismo partidista, sino orientación estratégica, y además tiene que haber un peso fuerte del respeto a las instituciones que forman parte del área metropolitana.

- ¿Debe reflejarse de alguna manera el equilibrio entre los ayuntamientos en los órganos del área metropolitana?

-Debe hacerse en el órgano de decisión, que es el pleno. Como la organización es muy técnica, la confianza que se construye entre los ayuntamientos es total, ya que el tratamiento es idéntico sea uno mediano o pequeño.

- ¿Hay que marcarse objetivos muy ambiciosos desde el primer momento o es preferible ir paso a paso?

-Nuestra experiencia ha sido de muchos desencuentros y de momentos amargos, y de aprender poco a poco gracias a esos errores. Creo que es un buen inicio hablar ahora de transporte porque es algo visible y necesario para todos, y si eso se produjera habría mucha inteligencia volcada sobre ese proyecto.

- ¿Sería posible llegar también a una planificación urbanística metropolitana?

-Creo que sí y sin perder autonomía municipal. En mi ciudad hay cosas que evidentemente son mías pero hay otras que comparto con otros municipios en infraestructuras viarias, equipamientos, desarrollos urbanísticos... Nunca se va a perder capacidad de decisión sobre el municipio, pero hay cosas que compartir con otros porque pasan el municipio pero no se quedan en él.